Prepárase una contundente confrontación a partir del mes de septiembre, una intensa escalada verbal que intentará provocar, de una vez, la víctima que quieren exhibir en contra del independentismo por todo el mundo. En este mismo espacio hemos alertado en contra de esta estrategia temeraria que clama a la violencia, contra esta desesperada receta con la que el españolismo quiere detener, a cualquier precio, la inminente e irreparable independencia de Catalunya. Es el nerviosismo incontrolado y la brutalidad de determinadas actitudes las que me confirman esta intención de los salvapatrias de España, heridos en su orgullo pero sobre todo en su bolsillo, que es la principal razón por la que no quieren prescindir de la nación catalana dentro de las fronteras del Estado. Que Catalunya no pertenece en absoluto a los catalanes es la idea central. Lo resumía muy bien una extraordinaria persona como Pepe García Domínguez, quien junto con Hermann Tertsch del Valle-Lersundi (su nombre sabe a turrón), tratan de incendiar las redes y los medios de comunicación a las órdenes intelectuales de su maestro y pagano, Federico Jiménez Losantos. La frase de Twitter hay que reconocer que es elocuente: “¿Y quiénes son ustedes para votar? ¿Acaso se creen que Cataluña es suya?” decía el pasado 19 de agosto. Y qué me dicen de esta otra perla: “El principal mensaje que tienen que entender los cabecillas separatistas es que no eludiremos el enfrentamiento civil si hiciera falta llegar a ese extremo. Tienen que entender que no cederemos nunca.” La retórica es de funcionario colonial mientras que la actitud es la del provocador profesional que trata de exaltar a los catalanistas a cualquier precio. El recurso de la humillación pública en contra del independentismo no es una simple desmesura verbal ni tampoco un hecho aislado o espontáneo del personaje. Corresponde a una estrategia perfectamente diseñada que pretende que el separatismo deje de ser pacífico y pacifista, que pretende dar un pretexto para que las personas que tienen a su cargo armas pagadas por el Estado español entren en acción. Todo ello nos haría llorar si, previamente, no nos hiciera destornillarnos de risa. A García Domínguez solo le falta sostener, con solemnidad académica, que Catalunya, el país donde gobiernan los nazis según él, es la responsable de las cámaras de gas. Véase qué divertido es lo que dice: “Pocos pueblos de España fueron más entusiastas de Franco que el catalán” y también: “Recuerdo a los profesores de mi infancia en Barcelona: todos catalanohablantes y todos franquistas. No hay un solo separatista en Cataluña que no tuviera un abuelo devoto de Franco.”

La apelación sistemática al identitarismo más agresivo, a la genética de los ciudadanos a los que se quiere herir verbalmente y a la descalificación del adversario político, todo ello se usa y se usará aún más durante las próximas semanas, estén prevenidos, porque es una receta efectiva ante determinadas personas con poca sangre fría. Encierren en casa a todos los capitans collons y a todos los sabios de café. La estrategia es la que el señor Tertsch, anteayer, acostumbrado a la peor de las violencias verbales contra los independentistas, continuó utilizando para enfrentarse a cualquier persona que le llevara la contraria, en este caso contra una personalidad de la cultura mexicana, Violeta Vázquez-Rojas, catedrática de la UNAM y de la NY University, miembro del Colegio de México. Esta gran dama había osado recordar qué estrategias de poder se han utilizado a lo largo de la historia para matar y eliminar las lenguas y las culturas perseguidas. Como, por ejemplo, en el México colonial. La réplica del españolista no puede ser más óptima porque en ella vemos contra qué ideología rabiosa se enfrenta ahora el independentismo político: “Menuda imbécil eres, niñata. ¿En qué lengua entiendes eso? En la lengua que te ha civilizado incluso a ti con apellidos como Vázquez y Rojas, el primero castellano antiguo, el segundo un bello apellido judío. Los dos de España. Por eso no sacrificas a tu hijo a un dios extraño.” La maestría de Jiménez Losantos, el que hablaba de volar cervecerías en Alemania después de la resolución de los tribunales de ese país favorables a Carles el Grande, a Carles el Irreductible, es nítida y genuina, no engaña. El amor que demuestran todos estos vindicadores del españolismo constitucionalista solo puede ser respondido con la más firme de las indiferencias. Su mala educación, sus falsedades, no nos impresionan. A mi gato Àtila, tampoco. En lugar de responderles ahora viene cuando me levanto para darle de comer, ustedes perdonen.