El Fondo Monetario Internacional ha rebajado las expectativas de crecimiento de la economía española y prevé un estancamiento de la tasa de paro en torno al 14%, que es casi el doble de la zona euro y casi el triple de la media de los países de la OCDE. Lo más grave es el paro juvenil, porque la tercera parte de los jóvenes menores de 25 años, es decir, uno de cada tres, no trabaja. Y los que trabajan lo hacen en condiciones tan precarias que la propia OCDE ha advertido a España que es el segundo de los 36 países miembros de la organización con "más pobres en edad de trabajar" y que "la pobreza aumenta por la falta de empleo de calidad con salarios correctos". A todo ello, habría que añadir la involución social que implica constatar que por primera vez los hijos son más pobres que sus padres.

En esta situación, lógicamente la gente expresa sus angustias. Casi dos tercios de los españoles consideran mala o muy mala la situación económica. Según la encuesta del CIS, el paro sigue siendo, con mucho, la principal preocupación de los españoles. A la pregunta de cuál es el problema que más les afecta personalmente, las respuestas son, por este orden, el paro, los problemas económicos, la precariedad laboral y las pensiones. La independencia de Catalunya también preocupa pero más bien poco. Apenas el 3,5% de los españoles, contando los catalanes, considera que es su primera preocupación, y sólo el 4% siente que la que le afecta personalmente. Estos datos ponen de manifiesto la gran estafa política que implica la utilización del conflicto catalán para monopolizar el debate electoral con un asunto que queda lejos de las preocupaciones de la gente, sobre todo los españoles que no viven en Catalunya.

La cuestión catalana sirve de coartada para no tener que presentar alternativas económicas y sociales que siempre resultan arriesgadas

La cuestión catalana sirve de coartada para no tener que presentar alternativas económicas y sociales que siempre resultan arriesgadas. Todo el mundo tiene claro que un Gobierno del bloque de las derechas aplicaría todos los recortes que sean necesarios y acentuaría la precariedad laboral, por eso Pablo Casado y Albert Rivera evitan estos temas espinosos para no perder votos, pero también porque no han sido capaces de elaborar una alternativa que los identifique más allá de la bandera. Y resulta que, incomprensiblemente, los socialistas están cometiendo el error de interiorizar el discurso de los adversarios y como si dudaran de sí mismos, de su españolidad, válgame Dios, se ven obligados a jurar y perjurar mañana, tarde y noche que son igualmente contrarios a la independencia de Catalunya.

Y todo lo cual pone de manifiesto la falta de una alternativa española para Catalunya que es lo que nos ha y los ha llevado al desastre. Ninguno de los partidos españoles principales ha ofrecido una alternativa para resolver el conflicto. Pero no solo eso. Todos los discursos de Pablo Casado, de Cayetana Álvarez de Toledo y de Albert Rivera son amenazas a los catalanes, contra la lengua, contra el autogobierno, contra la escuela... Y los socialistas se han quedado con el "no es no" de Pedro Sánchez al referéndum. Ciertamente Podemos ha puesto el referéndum en el programa, pero bien escondido. Este es el síntoma más claro del callejón sin salida.

Los candidatos electorales suelen recorrer el territorio haciendo promesas a los electores de cada ciudad o comunidad autónoma, pero ningún líder político español se atreve a hacer ninguna propuesta positiva específica para Catalunya. Nada de resolver el problema de cercanías, de mejorar las infraestructuras, de promocionar el aeropuerto, de defender la candidatura de Barcelona para acoger eventos internacionales... Con presos políticos y exiliados la normalidad será imposible pero la hostilidad sistemática del Estado sólo conduce a una salida.