Esta semana en la que vamos a entrar, Barcelona alojará en el Mobile World Congress a una de las empresas que copan la atención mundial: Alibaba. Su presidente, el flaco Jack Ma, fue, entre los empresarios, la figura protagonista del reciente Foro de Davos. Su éxito fue rivalizado posteriormente por Elon Musk, patrón de Space X y Tesla, con su asombroso lanzamiento desde cabo Cañaveral de un cohete reutilizable destino a Marte. Al tiempo que inventan el futuro, estos jóvenes innovadores apuestan sobre cómo será nuestro porvenir. Si favorable y optimista o, por el contrario, cargado de nubarrones. Todo un test.

Empecemos por el chino, que se lanzó a la aventura en 1999 y cuya plataforma de venta on-line hizo que en 2017 y en el Día de los Solteros, la nueva generación capitaneada por Pekín y Shanghai gastara 25.300 millones de dólares en una sola jornada, más que en el Black Friday americano.

En Davos, el símbolo del capitalismo "made in China" y competidor de Amazon, señaló que "el comercio electrónico no es para grandes empresas o empresas de países desarrollados". Y añadió: "Es para los países en desarrollo, los jóvenes y las pequeñas empresas. No deberíamos permitir que el comercio global mundial sea controlado por 60.000 grandes compañías. Deberíamos crear tecnologías y políticas para fomentar negocios de 6 millones de dólares, de 16 o 60. Alibaba lo hará posible". "Hace cinco años —continuó— Alibaba envió 80.000 paquetes a Rusia y el sistema postal de Rusia colapsó. Hoy van un millón de paquetes al día". Algo similar ha iniciado en India.

Jack Ma señaló que "el comercio electrónico no es para grandes empresas o empresas de países desarrollados"

La presencia en el Mobile World del "ábrete, sésamo" se centrará en su filial de pagos Ant, que quiere recaudar 5.000 millones de dólares levantando financiación privada, a partir de una valorización de 120.000 millones, que le acerca a los gigantes americanos Visa y Mastercard.

De ese modo, a su creciente potencial logístico, Alibaba ha sumado su carácter de pionera en pagos electrónicos, colocando Alipay (precursor y base de Ant) para permitir compras en línea sin pago de comisiones. Es más: también ofrece créditos a los consumidores.

En China, todo el mundo paga lo que compra con teléfonos inteligentes. Conozco a un empresario catalán que en la localidad donde nació Mao (hoy un centro tecnológico) fue a sacar dinero de un cajero automático del hotel en que se hospedaba. Cuando salieron los yuanes de la máquina, se mostró extrañado por su aspecto y se fue a la recepción dando cuenta de sus sospechas a los empleados. Desde el otro lado del mostrador oyó risas. "Pues claro que es falso. ¿No ha visto que todo el mundo paga con el móvil?", le respondieron.

Ma es miembro del Partido Comunista Chino y en lo relativo a la inteligencia artificial piensa colaborar en la detección de posibles actos delictivos. "El sistema político y legal del futuro es inseparable de internet y del big data", ha declarado. 

 Al tiempo que inventan el futuro, estos jóvenes innovadores apuestan sobre cómo será nuestro porvenir

Desde Florida, donde el 14 de febrero murieron 17 personas por los disparos de un joven criminal, había despegado una semana antes en cabo Cañaveral un cohete con un coche Tesla en su interior hacia Marte, que Elon Musk quiere colonizar de aquí al 2025. Según él, el hombre hace frente a una doble amenaza. Pronto, el planeta no tendrá suficientes recursos para mantener a poblaciones humanas que no cesan de multiplicarse. Pronto, la inteligencia artificial habrá progresado de tal modo que pasará a competir, y después a amenazar, al ser humano, cuya existencia cuestionará. El planeta Marte o la guerra contra las máquinas sobre un planeta Tierra moribundo; va a haber que elegir.

¿Un mundo nuevo, más extenso? ¿Una Tierra hostil?

Mientras que, en China, científicos investigan cómo se puede con un móvil detectar si una verdura o fruta está contaminada con pesticidas y cuáles son, en EE.UU. vuelve la llamada lejana del espacio. "La gente ha olvidado quiénes somos, Donald, exploradores, pioneros", se lamenta el actor Matthew McConaughey en la película Interstellar.

Nñang... nñang...

Suena el móvil, cójalo mirando al cielo, atento si ve nubes negras. Así podrá escuchar y ver cómo será el futuro.