Es una de las frases del siglo. Todavía no tengo claro si del siglo XVI o del III AC. La dijo ayer Pablo Casado en el programa de Alsina (Onda Cero) y le recomiendo que no la asuma de pie, no fuera caso que al oírla le viniera una bajada de defensas:

O sea, el líder del PP sostiene que los españoles votaron a Emérito I de Arabia y a su hijo Felipe V y medio y, en cambio, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias no son presidente y vicepresidente del Gobierno (respectivamente) gracias a las urnas sino a la acción del Espíritu Santo. Supongo. Amén. De lo cual podemos deducir que, según Casado, los reyes se presentan a las elecciones y los líderes políticos que no son él ni ninguno de los suyos llegan al cargo de manera hereditaria. ¡FAS-TU-O-SO! ¡IN-CON-MEN-SU-RA-BLE!

Como puede imaginar, ahora no perderemos ni un minuto argumentando en contra de esta barbaridad. Sólo hay que mirarse este vídeo donde Adolfo Suárez, poco sospechoso de indepe golpista, reconocía hace años que aquello del Rey lo colocaron en la Constitución como quien hace unos calamares a la romana con canana y los fríe con manteca de cerdo:

Y de propina recordar que el día en que en el Congreso se tenía que aprobar la Constitución, cinco diputados de Alianza Popular (el PP de entonces) votaron en contra y tres se abstuvieron. Y ya que estamos, recuperar el fragmento del artículo publicado en el diario La Nueva Rioja el 23 de febrero de 1979 donde José Maria Aznar se declaraba contrario a la Constitución y recordaba su defensa de una "abstención beligerante" en el referéndum.

 

Aznar

Otra opción interesante para afrontar la cosa esta de Casado sería destrozarle la ocurrencia a base de humor, pero es que es imposible superar una inmensa broma insuperable en sí misma. Aparte que aquí el tema es otro: si en una cuestión tan evidente como esta nos la colocan a la altura de la torre de Collserola encima de la Pica d'Estats, y sin mover un músculo, imagine qué pasa con el resto.

Los defensores del unineuronalismo o ataque a la inteligencia a base de afirmaciones hechas desde el uso de una sola neurona (y no siempre entera), están tan creciditos que nos la endiñan sin contemplaciones. Ni vaselina. Y lo hacen porque saben que no sólo no les lanzarán piedras para sacarles el demonio de dentro sino que habrá quien los aplaudirá porque precisamente aquello era lo que estaba deseando oir. Si hay gente defendiendo que la COVID es un montaje para controlar el mundo a través del 5G, que la Tierra es plana, o que al rey de España lo ha votado la gente y al presidente del Gobierno no, es porque hay gente dispuesta a creérselo. Esto y lo que sea. Y más.

¿Sabe aquello de que la fe mueve montañas? Pues a la montaña también la votamos para que lo fuera. Para que fuera montaña. De hecho, como todo el mundo sabe, es la famosa montaña que nos dimos entre todos.