Hoy he ido a la ceremonia de despedida de un viejo amigo y compañero de fatigas. Otro. Pues oiga, qué racha. Entre cáncer y Covid, últimamente visito más tanatorios, iglesias y salas de velatorio que bares. Esta vez ha tocado virus, supongo que para evitarme la monotonía de que la vida te vaya dando hostias siempre por el mismo motivo. O sea que aprovecho para decir que os vacunéis y que sigáis vigilando mucho. Por vosotros y para no hacer putadas y dar disgustos a la gente que os quiere.

Lo ha clavado Jordi Sacristán, también viejo amigo y compañero de aventuras audiovisuales diversas y con quien el año 1995 empezamos la aventura denominada COMRàdio en los antiguos estudios de Radio Sabadell en la calle Convent: Josep Maria Francino, el "xinu", siempre sumaba. Estos días se ha recordado que fue, sobre todo, un gran hombre de radio. Se ha hablado de su faceta como director de la mítica RàdioClub 25 y de las primeras épocas de Catalunya Radio, que era uno de los grandes expertos mundial en Beatles y de sus andanzas como músico. Pero es que todo eso lo hizo porque siempre sumaba. Y cuando te hacía ir a su despacho para decirte una cosa siempre era para, eso, para sumar. Y, seguro -también-, para soltar alguna barbaridad -o unas cuantas- y acabar riendo. Y la ilusión que le hacía hacer antena. Tuvo un montón de cargos, pero cuando podría hacer antena era un niño con zapatos nuevos. Pero no era por ego, sino para compartir con la gente su pasión por la radio y por la música.

Toda la vida recordaré su despacho de jefe de programas a la COM. Detrás de su silla tenía unos estantes dónde guardaba, perfectamente etiquetadas -en aquella época en minidisc- pequeñas joyas radiofónicas que iba recopilando de todas partes. En su casa tenía el resto, el buque insignia. A la pobre Pilar, en su Pilar, se le ha girado trabajo haciéndose responsable a partir de ahora de una cantidad de material brutal en volumen y calidad. Porque el xinu consiguió obtener cosas que sólo tenía él, como la correspondencia que mantuvo con la madre de George Harrison. Que, por cierto, si quiere alucinar, parte de todo eso lo puede ver y oír en francino.com. Si entra, seguramente se pasará allí todo el puente.

A menudo se habla de la buena salud que tiene la radio en catalán, a diferencia del resto de plataformas donde nuestra lengua va por el precipicio. Pues bien, si hoy en día RAC1, Catalunya Radio y Radio Barcelona son líderes, es gracias a profesionales como el Xinu. Gente que sabía mucho, que tenía ganas de hacer cosas nuevas pero que, sobre todo, vivía el medio con unas ganas y unas ideas que supieron transmitir a las generaciones que venían detrás. La radio actual no se entiende sin Josep Maria Francino, pero tampoco sin gente como Enric Frigola, Xavier Foz, Jordi Margarit, Salvador Escamilla, Jordi Vendrell, Joaquim Maria Puyal, Josep Cuní, Josep Maria Bachs, Josep María Pallardó, Albert Malla, Alfons Arús, Jordi Estadella... y me dejo muchos. Y sin emisoras como Radio 4, Radio Joventut-RJ2, Radio Olot, la Cadena 13 y decenas de emisoras locales que han sido cantera de profesionales y de formatos.

Dicen que cuando muere alguien con quien has compartido unos cuantos años de tu vida, se va una parte de tu propia historia. Bien, sí, quizás es así, pero los recuerdos quedan siempre. Y mientras alguien tenga en su memoria alguien que ya no está físicamente, este alguien seguirá vivo. Y en el caso del xinu, y por lo que respecta a mi, seguirá cada vez que vaya a El Furacu y me pida de primero una tortilla de cabrales y de segundo pexín. ¡A su salud y a la salud de la radio!