Se acaba este puente demasiado ventoso por mi gusto en que una vez más ha quedado claro que nos hemos convertido en una sociedad que fabricamos ocio y consumo. Lo digo porque los boomers como un servidor, en circunstancias parecidas a la de esta semana de fiesta eterna, hemos vivido encendidos debates sobre si un país puede detenerse desde un viernes al mediodía a un jueves por la mañana. Al final han acabado ganando los del sí. Sí, porque como que somos una sociedad de entretenimiento necesitamos días de fiesta para poder hacer funcionar la máquina de ir a hacer gasto a ferias, hoteles, estaciones de esquí, tiendas, centros comerciales, restaurantes y demás industria de servicios. Porque cinco días de fiesta seguidos justo empezar el mes de diciembre no paran el país, al contrario. Porque somos un país que vivimos de vendernos cosas entre nosotros.

El contraste llega cuando en plena fiebre consumista, y con muy poco rato de diferencia, vas a un hospital i a un centro comercial. Y le haré un espoiler, la palabra clave es "aparcar". Como los grandes hospitales necesitan mucho espacio, acostumbran a estar situados en lugares no muy céntricos de las ciudades. Y los que sí que están, peor. Para aparcar, quiero decir. Vayas para visitar a un enfermo o con una persona mayor que tiene consulta, todos los aparcamientos (cuándo hay) son de pago. ¡TODOS! Ya sea porque hay zona azul o porque es un parking subterràneo que, a veces, no está ni en el mismo edificio, sino en zonas próximas. Bien, o no tan próximas. Y a unos simpáticos precios "de mercado", que traducido quiere decir que por el hecho de ser parking de hospital no tiene ninguna bonificación. Siiií, ya lo sé, hay algún hospital con plazas gratuitas en superficie, pero son una inmensa minoría y siempre están llenas porque la demanda desborda la oferta.

En cambio, si tu destino es un centro comercial, todo son facilidades para poder aparcar. Lógico, porque, de hecho, el gran objetivo de un centro comercial es que usted vaya hasta allí, pueda dejar su vehículo con toda comodidad y empiece a gastar. Por este motivo te lo ponen tan sencillo que lo acabas dejando aunque no quieras. Incluido el gratis total. Porque el dinero no lo ganan con el aparcamiento sino con el consumo que haces en las tiendas de dentro. Y porque si te hicieran pagar, quizás no irías. Y, entonces, adiós negocio. El aparcamiento del centro comercial es el paso necesario para consumir y que funcione el montaje. En los hospitales el objetivo es salvar vidas y el aparcamiento no importa. Sí, sí, servidor de usted eso ya lo entiende, pero precisamente de aquí llora a la criatura.

En una escala del 1 al 10 donde el 1 es una salud al 100% y el 10 es pedir hora y caja en el tanatorio, los clientes de los hospitales acostumbran a ser personas que van del 5 para arriba. Como mínimo. Y la mayoría son personas mayores. Si estás fastidiado y, además, tienes una edad, es un poquito complicado conducir, pero todavía más moverte en autobús, tren o metro. Y el taxi es prohibitivo para según quien, teniendo en cuenta donde están situados algunos hospitales. Por lo tanto, te tiene que acabar acompañando alguien y en coche particular. Bien, a no ser que -directamente- entres en ambulancia, que entonces tus problemas son otros.

No, los hospitales no son lugares pensados para ir a aparcar, evidentemente, pero los usan personas que quizás no les va muy bien gastarse 15 euros (mínimo) cada vez que van y dejar el vehículo a 10 minutos andando. Y los que van a hacer "gasto" también deberían tener alguna facilidad para poder ir. Las justas y necesarias y sin pasarnos que somos catalanes, pero alguna. A lo mejor la solución es construir centros comerciales-hospitales (o viceversa) y tener salud, consumo, zona de restauración, cines y aparcamiento en un solo espacio