Algunas personas tienen muy poco trabajo y se dedican a leer publicaciones tan extrañas como el Boletín Oficial del Estado (BOE) del martes. Y, claro, cuando lees publicaciones extrañas, lo más probable es que acabes leyendo cosas extrañas.

Por ejemplo, en el BOE de anteayer se publicaba una convocatoria pública de 35 plazas de fiscal y aparecen concedidas... 36 plazas. ¡Vaya! Y, fíjese qué cosas pasan en la vida, la plaza de más es la de la señora Sofía Marchena Pereda que, mire usted por dónde, es hija de Manuel Marchena, presidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo.

Lo explica Elisa Beni en eldiario.es. En el año 2016, Sofía Marchena aprobó la oposición a las carreras fiscal y judicial con una nota de 68,20. Ella quería ser jueza y escogió ir a la Escuela Judicial. Si hubiera querido ser fiscal, la nota de corte era de 50,66, por lo tanto la superaba con creces. La cuestión es que cuando escoges una cosa ya no puedes pasar a la otra.

Cuando la chica llevaba un mes en la Escuela Judicial tuvo que dejarla por culpa de una enfermedad. La ley dice que, en estos casos, cuando te recuperas te puedes reincorporar donde estabas, pero en otra promoción. Lógico, porque la tuya ha ido avanzando y ya no la atrapas.

Pero el 21 de diciembre de 2017, la Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) tomó una decisión nunca vista y decidió que Sofía Marchena podía volver al punto donde eligió si quería estudiar para juez o para fiscal y que se le conservaba la nota. El problema es que esta situación nunca vista y tan fuera de normativa chirriaba tanto que finalmente han mantenido la decisión pero le han adjudicado una nota justo por debajo del último alumno admitido "para no perjudicar a nadie".

Preguntado el CGPJ por los motivos de esta actuación tan extraña como nunca vista, la respuesta ha sido que fue una propuesta de la directora de la Escuela Judicial. ¡¡¡Hooooombre, no me diga más!!! ¿Sabe quién es la directora de la Escuela Judicial, por cierto, situada en BCN? ¡Pues es la mujer del juez Llarena! ¿Y sabe qué relación hay entre el juez Llarena y el padre de la criatura? Pues Llarena es juez de la Sala Segunda del Supremo, la que preside Manuel Marchena, el papá de Sofía Marchena. ¡Han cantado bingo! ¿Algún bingo más?

Total, que ahora la chica ha podido reelegir carrera y ha escogido estudiar para ser fiscal. Y "para no perjudicar a nadie" le han dado una plaza inexistente hasta entonces, la 36. La pregunta es: ¿seguro que no perjudican a nadie? Si había 35 plazas, los aspirantes que quedaron de la 36 para abajo y fueron excluidos, ¿no están discriminados en relación a una persona ajena a este concurso porque viene de una promoción anterior y que ahora entra en el lugar 36?

No dudo, sin embargo, que todo tiene una explicación y que los señores CGPJ, los señores Supremo, el señor Marchena y la señora directora de la Escuela Judicial, Gema Espinosa, nos la ofrecerán. Sería impensable que el juzgado del juez que ha encarcelado a nueve personas basándose en una aplicación de la ley que han rechazado, de momento, las justicias de Bélgica, Alemania y Escocia además ahora se dedicara a beneficiar a familiares. No, no, eso no puede ser y además es imposible.

Que el señor Marchena, aspirante a ser el futuro presidente del CGPJ, hiciera una cosa como esta significaría un golpe para la imagen de una justicia española que en este momento tiene el respeto absoluto de la ciudadanía, que confía plenamente en ella, y el reconocimiento del mundo judicial europeo y mundial. Vaya, que no, que aquí ha habido un malentendido. O algo.