Le han dicho de todo. Y más. Porque escribió a favor del diálogo y el acuerdo, una acción que toda la vida se había considerado ejemplo de moderación y que actualmente es totalitaria, golpista, revolucionaria y antisistema. Y, sí, estoy hablando de Iker Casillas, que durante muchos años fue portero del Real Madrid y que el miércoles publicó este tuit:

Iker

El fútbol es un mundo donde mojarse sólo puede generarte problemas. Y como los futbolistas, en general, viven en otro mundo, piensan: ¿para qué meterme en un pitote del que sólo puedo salir salpicado? Por lo tanto, Casillas sabía que si colgaba esto recibiría críticas. Y más si lo hacía en Twitter, un lugar donde primero disparas y después preguntas. No tenía ninguna necesidad de buscarse más problemas de los necesarios, pero decidió hacerlo. A pesar de no ser conocido como una persona de estas que ahora les llaman "comprometidas".

Lo más interesante de los efectos posteriores al tuit es que muchos indepes se lo han agradecido, a pesar de no defender posturas precisamente indepes. Porque Iker Casillas no es indepe, pero defiende una cosa tan sensata, y que ahora va tan cara, como resolver las cosas por la vía sensata. Y cuando un indepe ve que en la España del trigo hay una persona que lo trata con el respeto de quien piensa diferente pero no lo insulta, no lo descalifica, no lo criminaliza y no le amenaza, lo aplaude afectuosamente.

Porque al final la cosa va de respeto. El respeto es tan importante que es la base a partir de la cual nace la empatía que desemboca en el consenso que lleva al diálogo y, por lo tanto, a la resolución de los problemas. Por eso, en un mundo cada vez más unilateral como este, de lo que se trata es de no respetar a los otros, de deshumanizarlos y de perderles el respeto.

¿Usted sabe que los niños y las niñas son diferentes? ¿Sí? Pues eso del respeto es como concebir un hijo (o una hija, o gemelos, o gemelas, o trillizos, o trillizas...), que hacen falta dos. Y la cosa tiene que ser mútua y complementaria.

Por eso sorprende (o no) lo que ha dicho hoy la portavoz del Gobierno en funciones, Isabel Celaá: "A los que desde Catalunya dicen que España es un estado heredero del franquismo, les pedimos respeto". ¿Respeto, sobre qué tema? ¿Sobre la sucesión de Franco? Oiga aquello fue como fue y, creo, es un tema que no admite mucha discusión. Porque aunque el jueves lo escondieron, el día del entierro de Franco el Rey estaba allí en calidad de heredero suyo. Porque Franco lo ungió.

¿Y a quién pide respecto la señora Celaá? ¿Sólo a los catalanes que dicen que España es un estado heredero del franquismo o a todos los españoles que también lo dicen y que cada vez son más y más diversos ideológicamente? ¿Pide respecto quién es portavoz (en funciones) de un gobierno que preside quien lo fue gracias a los centenares de miles de catalanes que piensan que España es un estado heredero del franquismo y que votaron a los partidos que piensan eso y le dieron el apoyo necesario para ganar la moción de censura? Lo pide quien es portavoz de un gobierno que preside (en funciones) quien entre el 20 y el 23 de mayo del 2018 le llamó al presidente de una Catalunya donde mucha gente piensa que España es un estado heredero del franquismo cosas como: "En Alemania Torra no tendría ningún cargo público por sus ideas xenófobas", "Torra no es nada más que un racista, el Le Pen de la política española", "Son igual de racistas los escritos de VOX como el pensamiento del señor Torra", "La elección de Torra ha despertado las vergüenzas racistas del secesionismo" o "Torra es un supremacista que ahoga la identidad a la mitad de la sociedad".

¿Qué es respeto? Pues quizás el tuit de Iker Casillas, que no es portavoz de ningún gobierno.