En España suceden unas cosas tan divertidas que estarías todo el día lanzándote confeti por la cabeza. ¡Sin cesar! Fíjese, el Tribunal Supremo ha absuelto al expresidente de la Comunidad de Murcia, Pedro Antonio Sánchez, porque el fiscal del caso se distrajo. Resulta que la reforma del artículo 324 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal impulsada en el 2015 por el ministro Rafael Catalá (PP) limitó a seis meses el plazo para investigar una causa. Para ampliarlo a 18 o a 36 meses, el fiscal del caso tiene que hacer una petición y entonces se declara como "causa complejo". Pero como lo hicieron fuera de plazo, ¿sabe dónde fue a parar la acusación por prevaricación y falsedad durante la gestión de Sánchez como alcalde de Puerto Lumbreras? Exacto a tomar viento. ¡BRA-VO!

Y ahora usted pensará que, quizás, la fiscalía no estuvo muy afinada porque tiene mucho trabajo en Catalunya intentando meter gente en prisión, no se puede estar por todo y te acabas despistando. ¡Pues no! ¡Y haga el favor de no ser mala persona humana! La causa de este pequeño error de memoria no es esta. Ni mucho menos. Ahora se lo explico, pero antes una noticia buena y una no tan buena. La positiva es que en la fiscalía hay cerebro. Si no fuera así, en este caso no podría haber habido ausencia de memoria. Y esto nos debe llenar de esperanza. La no tan buena es que los compañeros del desmemoriado que nos ocupa ahora pueden pasarse el día haciéndole bromas del tipo: "Es un fiscal que llega a un curso de ejercitación de la memoria y en la puerta pregunta '¿Por favor, podría decirme por qué he venido'?". Nada, aquellas simpáticas puyas típicas entre fiscales de Murcia.

Vamos ya, pues, a las causas que, todas juntas, explican este pequeño despiste: 1/ El calor. Cuando hace calor lo olvidas todo. Servidor esta mañana ha salido de casa con anorac, nórdico y mantita. Por culpa de la calor que me ha obnubilado, 2/ Un inesperado golpe cuando le cayó la ley -en general- a la cabeza, porque resultó que estaba oscilante encima de un armario, 3/ El impacto sufrido cuando ha visto el precio de la luz y después ha ido a poner gasolina. Y si usted esta semana ha puesto gasolina, sabrá de lo que le hablo, 4/ Una sobredosis de información causada por el seguimiento de la laaarga reunión entre Biden y Pedro Sánchez y que a esta hora todavía dura, 5/ La amnesia psicógena, una disfunción consistente en un bloqueo de la memoria originada por una acción desagradable que sucedió en el pasado, y que en este caso ha sido por recordar el terrible incidente del famoso adoquín de Reus. Horroroso. El incidente. Y recordarlo, 6/ La sangre no le llegó al cerebro cuando le tocaba a causa del sobreesfuerzo que significa tener que seguir todas las cuentas que Emérito I tiene repartidas por el mundo y que no paran de salir. A borbontones, 7/ La falta de concentración consecuencia de mirarse el calendario de festivales de este verano y comprobar que ahora mismo hay más conciertos que músicos existen en el país. Y ¡ patapam!, el pobre hombre tuvo un cortocircuito neuronal. Por exceso, 8/ Un corte de digestión generado por la visión de la nueva camiseta del Barça, y 9/ Resulta que para hacerse un pequeño sobresueldo estuvo trabajando de captador de socios de una ONG y tanto rato por la calle de pie y sosteniendo una sonrisa demasiado fingida le hizo desaparecer el mundo de vista. Del todo. Sobre todo cuando consiguió hacer un socio para Fiscales Sin Fronteras.

¡Y usted criticando al pobre hombre! Con todo esto, ¿cómo pretende que no se olvidara de hacer su trabajo? Si es que no tenemos un mínimo de caridad cristiana y ya no respetamos nada...