Y con el número 155 se retira el independentismo y entran en su lugar los derechos civiles.

Sí, es que ahora la cosa ya no va de peligrosos indepes que quieren votar y a los cuales se ha humillado, se ha insultado, se ha vejado, se ha despreciado y se los ha encarcelado inventándose unos delitos que nunca sucedieron, lo que ha formado parte de una estrategia de invisibilización realizada en nombre de una forma totalitaria de entender la unidad de España.

Sí, es que la cuestión ahora ya no son los indepes, sino hasta dónde está dispuesto a llegar este Estado paralelo que actúa totalmente fuera de control. Y, sobre todo y por encima de todo, ¿quién los parará? Justamente en un momento en que la izquierda española está acojonada después de la irrupción de Vox.

Dicen que los catalanes tenemos el síndrome del perro apaleado. Pero la izquierda española también. La guerra civil de 1936 es un cadáver en el mar. Y los cadáveres que están en el mar siempre acaban flotando.

¿Por qué el franquismo y el posterior franquismo sociológico no quisieron desenterrar a los muertos de las cunetas de las carreteras? Para que los vencidos recordaran siempre que habían perdido. El franquismo sociológico, del que es heredero sanguíneo e ideológico el actual Estado paralelo, solo entiende el "pormisgüebos". Su único argumento ha sido siempre y es ahora la violencia que acaba en aniquilación física. Pero después viene la destrucción intelectual y moral del enemigo, que nunca rival. Después de matarlo hay que mearse en su tumba ante su familia. Hace falta la humillación. Para que aprendan. Para que escarmienten. Para que bajen la cabeza para siempre. Es el exterminio del derrotado para que toda la vida tenga miedo y no se atreva ni tan solo a plantearse la posibilidad de levantar la voz.

El delito de odio lo inventaron ellos. Porque ellos son el odio. Y sucede igual con el resto de adjetivos-consigna que excretan. De hecho, todo lo que esta gente dice de los otros realmente es porque ellos lo son y permanentemente se ven reflejados en el espejo. Es la típica reacción que hemos visto centenares de veces en muchos ámbitos y consistente en que quien más grita contra algo es quien más tiene que callar sobre eso porque eso es él. Es una reacción psicológica tan primaria que ya la enseñan el día en que haces la preinscripción en la carrera de psicología.

No, ni la izquierda ni los demócratas españoles dirán nada sobre esta estrategia de violación y posterior eliminación de los derechos civiles puesta en marcha en Catalunya. Básicamente porque 1/ piensan que el tema no va con ellos, 2/ la prensa del régimen es maestra en tapar y manipular la realidad, 3/ la idea de la España totalitariamente uniforme ha destrozado la idea de la España plural y democrática y, sobre todo, 4/ porque están acojonados.

Los demócratas ni están ni se los espera.