Sí, la Abadía de Montserrat ha sido muy valiente encargando un informe externo e independiente para averiguar si dos miembros de su congregación abusaron de varios menores. Y ha sido muy valiente asumiendo las conclusiones sin ninguna excusa ni justificación.

Sí, el abad de Montserrat ha estado muy acertado pidiendo perdón por los abusos tanto a los scouts como a los integrantes de la Escolania y por haber fallado en los controles, cosa que otras congregaciones y estamentos religiosos ni han hecho ni harán nunca.

Es de agradecer que la actual cúpula del monasterio afronte de cara los hechos y que asuma la culpa aunque sucedieron cuando ellos no tenían ninguna responsabilidad jerárquica en la comunidad. Y ya era hora que el actual padre abad haya calificado a la persona que en el informe se identifica como "G. Andreu M. Soler" como "un depredador sexual y un pederasta". Ya tocaba empezar a llamar a las cosas por su nombre.

Tanta transparencia es positiva porque quizás sirve para que todas las víctimas, y no sólo las 8 que han aparecido ahora, tengan la sensación de apoyo y de calor necesaria para atreverse a afrontar una situación que los angustia desde hace años y para poder superar-la.

Es muy positivo que la abadía no intente justificar todo lo que sucedió con eufemismos y frases vacías, que reconozca públicamente los hechos y que en todo momento utilice un lenguaje directo, crudo y claro.

Y está muy bien que Montserrat haya anunciado que a partir de ahora se someterá a un protocolo específico de detección de abusos sexuales a menores. Y que este protocolo funcione de verdad.

Ahora bien...

Con respecto al interior de la comunidad, ¿nadie sabía nada de todo esto? ¿Pretenden que nos creamos que un depredador sexual estuvo abusando durante 28 años (de 1972 al 2000) de una cifra de menores que posiblemente nunca sabremos y nadie sospechó nada? ¿Sí, de verdad? ¿Y están seguros que a partir de ahora se acabará este silencio cómplice que hace siglos que dura en el seno de la iglesia? ¿Por qué mañana las cosas empezarán a ser diferentes? ¿Qué cambiará en la mentalidad de los abusadores y, sobre todo, en la de los que ven y callan?

Y dos cuestiones internas, pero que afectan a toda la comunidad religiosa:

1/ ¿Cuando en los años 60 el abad Cassià Maria Just descubrió el caso del otro abusador, identificado como V.T.M en el informe que ha sido hecho público ahora, y decidió expulsarlo del monasterio, eso fue todo? Es decir, la justicia no tiene nada que decir sobre un pederasta si este pertenece a la la iglesia. ¿Por qué a un abusador de menores que es cura o monje no se le aplica la ley de los hombres, aparte de esta ley divina que es un poquito mejorable?

I 2/ En el informe se habla de la existencia "de una rumorología sobre el caso" de Andreu M. Soler. ¿Qué pasa en la iglesia que siempre que topamos con un caso como este acabamos sabiendo que se sabía pero que se ha tapado? ¿Qué piensa hacer la iglesia; toda porque casos hay en Montserrat, Irlanda, EE.UU., Alemania o Chile; para acabar con esta situación? ¿Cuando reconocerá abiertamente que no son casos aislados sino que es una causa general y tomará las medidas que hagan falta para que los responsables lo paguen y, sobre todo, para empezar a construir un nuevo futuro. Si esto ha sucedido, sucede y sucederá dentro de la iglesia es por alguna cosa. La valentía de según qué informes está muy bien, pero quizás tienen que cambiar muchas cosas y mucho profundas para erradicarlo.