Eso de la Real Academia de la Lengua Española (RAE) ya no es lo que era.

Una institución que usted y yo nos imaginaríamos llena de señores enjutos y circunspectos, resulta que últimamente acoge personajes con un nivel que raya lo insuperable. Y en algunos casos, sobre todo raya. Uno de ellos es el reputado intelectual Félix de Azúa. En su larga lista de éxitos, hay que añadir ahora un par de reflexiones hechas en una entrevista a la revista Tiempo que ya han sido estudiadas por los señores premios Nobel de cara a otorgarle el galardón de forma (y manera) perpetua. La primera es un ejemplo más de como los autoetiquetados ideólogos de la izquierda chopped tienen una idea de las mujeres respetuosa y totalmente alejada de los clichés machistas:

Ah, Azúa... Gran pensador (ahora no le cito sus históricas aportaciones primordiales para el pensamiento de la Vía Láctea porque estaríamos aquí hasta la eternidad infinita... O más).

Azúa, por encima de todo, hombre sincero, consecuente y desinteresado. Fíjese, él sabe que todos sabemos los auténticos motivos por los cuales lo hicieron eyectar de Catalunya, pero él sigue diciendo que fue por la presión lingüística y el bla, bla, bla. Y nosotros, que somos gente elegante, no vamos explicando su vida privada. Y la excusa victimista la dice con una cara tan convencida que ha conseguido una silla en la RAE. ¡Felicidades! Todo el mundo se gana la vida como puede y después recoge las rodilleras y se lava la boca por si le quedan restos. Pero lo más bonito es que con su fantasía elabora simpáticas teorías como la que también dice en la entrevista y donde relaciona el clima social de Catalunya con el el existente en el Euskadi donde ETA asesinaba. ¡¡¡Si señor!!! Gritemos todos los pescaderos juntos (y juntas): ¡"Azúa campeón!, Azúa campeón!"

Porqué, a ver, ¿no es bonito que un reconocido intelectual se invente persecuciones y que un Estado lo premie sentándolo en una institución? ¿No dice mucho eso del reconocido intelectual y del Estado?

Sin embargo, no se vaya, que hay más diversión...

En la misma institución donde se sienta Azúa, también encontramos el azote del pensamiento correcto. El hombre malote. La permanente úlcera crítica. El Coelho que bebe la cerveza a morro y escupe los cáscaras de los cacahuetes al suelo. El hombre que en Twitter suelta sentencias que despeinan los crepados de las abuelas que meriendan un suizo y una ensaimada en las cafeterías de las capitales de provincia de la España del trigo. Por favor, un aplauso para Arturo Pérez Reverte y su reflexión hecha mientras se arrancaba los pelos del pecho a mordiscos...

Y naturalmente cuando un troll aparece a su vida, el hombre que se enciende las cerillas en el escroto saca aquello que lleva dentro y le dice "chaval, en la calle te espero"

¡¡¡Cáspita, qué nivelazo!!! Tanto que creo que si la RAE se reuniera en la barra de un bar con neones de una carretera comarcal sin asfaltar, los echarían por vulgares.