La Reserva Federal, en tanto que directora de la orquesta, ha dado de nuevo el tono a los bancos centrales: busquen en el libreto "Más liquidez" les ha dicho, porque, tac-tac, hay un riesgo creciente de crisis financiera. Y es que el Brexit está resultando más grave de lo previsto, especialmente en el Reino Unido, pero no solo. Los tipos de interés negativos, practicados en Europa y Japón, están presionando fuertemente sobre los mercados de bonos globales, donde se observa la formación de una burbuja inquietante. Así que atención.

Debería darse un divorcio amigable entre el Reino Unido y la Unión Europea

Empecemos por las islas. De cara a evitar una mala salida del Brexit, algo que debería darse es un divorcio amigable entre el Reino Unido y la Unión Europea. Pero no parece que vayan a ir por ahí los tiros. En principio, por razones financieras. Ahora mismo, cinco fondos inmobiliarios británicos se han negado a responder a las demandas de retiradas de fondos de sus clientes. Esto amenaza con llevarles a una venta de activos con fuerte descuento, lo que puede suponer a su vez un riesgo para el sector financiero británico y, por extensión, para el europeo. El futuro de la City, además, no va dar para hacer amigos sino que estará sometido a fuertes  rivalidades al estar en juego el mercado del euro.

En segundo lugar, porque el ministro de Finanzas británico, George Osborne, ha hablado de rebajar sensiblemente el impuesto de sociedades, lo que podría llevar a Gran Bretaña a seguir el modelo irlandés, al que se la ha acusado de competencia desleal al querer atraer empresas a precios de "dumping".   

En tercer lugar, Alemania y otros países se niegan a dar libre acceso a Gran Bretaña al mercado único porque ello exige no sólo libertad de movimientos de los bienes y servicios, sino también de las personas, a lo que los ingleses se oponen.  

Es muy posible que la salida del Brexit no se vaya a hacer "por arriba"

De modo que es muy posible que la salida del Brexit no se vaya a hacer "por arriba", como pedía Chistine Lagarde, directora gerente del FMI, sino por una vía más dura y lateral.

En este entorno difícil, donde los banca ha vuelto a ser castigada esta semana por la precaria situación de la finanza italiana, la búsqueda de protección en valores refugio se ha acentuado. El oro y el yen (en este caso con más dolor) se han comportado siguiendo su línea habitual. Pero la huida hacia los bonos está causando una gran preocupación ya que los tipos de interés negativos alteran su comportamiento.

Actualmente, según la agencia Fitch, hay cerca de 12 billones de deuda soberana a los que se aplican tipos de interés negativos, principalmente en Europa y Japón. Según el conocido experto Bill Gross, gestor de Janus, "los rendimientos globales de la deuda son los más bajos en 500 años". "Es una supernova que explotará un día", dice. El diccionario de Astronomía indica que una supernova es una estrella que estalla y lanza todo a su alrededor. Una supernova, agrega el diccionario, aparece en lugares de la esfera celeste donde antes no se había nada apreciado en particular.

El problema más serio de los tipos negativos es que no han logrado su objetivo, que es reanimar la economía haciendo que la gente compre más y se dinamice la actividad, cosa que no se ve. Lo que sí se ve es que para alcanzar unos resultados muy menguados se ha aumentado el riesgo notablemente. A pesar de ello, los mercados han seguido comprando bonos a tipos negativos porque el rendimiento es inverso al precio. Es decir, que cuando los rendimientos bajan los precios suben. Esto se justificaría si hay más crecimiento, pero no es el caso, entre otras cosas por el daño que causan a los bancos, cuyos márgenes se están reduciendo al tiempo que los planes de ahorro de los ciudadanos. Entonces es cuando hay riesgo de la formación de una burbuja. Los datos revelan que cada vez es mayor. 

Donde el mercado ve más peligro es en los bonos del Tesoro americano

En estos momentos, donde el mercado ve más peligro es en los bonos del Tesoro americano. El rendimiento del bono USA a 10 años, el Treasury, está al 1,36%, cuando este producto era un instrumento defensivo a la vista de la escasa rentabilidad que ofrecían los bonos en Europa y Japón. Ahora se piensa que puede caer al 1% sin pasar mucho tiempo.

Y lo que aún puede ser peor. El bono americano a 30 años, donde tienen su última guarida los fondos de pensiones y los seguros, ha bajado al 2,138% de rentabilidad... Y se teme que caiga al 2%. Los fondos y los seguros se quedarían sin protección.

En los mercados a veces suceden cosas graves cuando la parte que debería ser más sana se contamina con el mal que arrastran las partes más dañadas. Si la supernova se mete en las órbitas del Treasury hay riesgo muy elevado.

Goldman Sachs ha calculado unas pérdidas de un billón de dólares en los bonos si suben los tipos de interés a un 1% en Estados Unidos (ahora están en el 0,25%). El magnífico dato de empleo americano del viernes, mostrando la creación de 287.000 puestos de trabajo es una señal de que el ritmo del crecimiento americano se mantiene pero al mismo tiempo presionaría a la Reserva Federal a plantearse la necesidad de un alza de los tipos. Así, ahora mismo se encuentra en una disyuntiva entre lo que es la necesidad de normalizar la política monetaria, por un lado, y por otra, la de preservar la estabilidad en el mercado de bonos. Será un trabajo complejo que tendrá unos meses en el tiempo para resolverlo.