Pedro sanchez sesion control congreso 16 12 Europa Press

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1. Miércoles de pirotecnia. Ciertamente, el miércoles de la semana pasada, el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, compareció en el Congreso de los Diputados a petición propia para dar explicaciones sobre las medidas aplicadas para contener la expansión de la Covid-19. Como es costumbre en el líder del PSOE, durante su parlamento anunció que el gobierno español aprobará pronto —no se sabe cuándo— un paquete adicional de 11.000 millones de euros para ayudar a empresas, pymes y autónomos, en especial del sector de la hostelería. Dice el Gobierno que lo hace porque “no solo queremos salvar empresas y puestos de trabajo, sino reforzarlos y crear más trabajo”. Sánchez anuncia una lluvia de millones ficticios, sin explicar de dónde los sacará y cómo los repartirá. Incluso los medios de comunicación próximos a los socialistas el día siguiente del anuncio no se fiaban y estiraban las orejas a Sánchez: “Las pymes recibirán una quinta parte de la ayuda que necesitan” (El Periódico) y “El gobierno anuncia 11.000 millones de ayudas sin explicarlas” (El País). Malos augurios, pues.

2. Entretanto, el pasado viernes el Departament de Treball, Afers Socials i Famílies de la Generalitat anunció que había recibido 151.166 solicitudes para acceder a la ayuda económica destinada a personas con bajos ingresos afectadas por un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) o bien que tengan un contrato fijo discontinuo. Un montón de gente que, en caso de recibir la ayuda, tan solo percibiría unos 600 euros por cabeza. La magnitud de la tragedia no se solucionará con tan poco dinero. Catalunya ha registrado el 23,7% del total de los trabajadores en ERTE —170.093— en todo el Estado y la Generalitat está arruinada por el persistente expolio fiscal que parece que ahora no recuerde nadie. Es por eso por lo que la Cambra de Comerç de Barcelona, dirigida provisionalmente por Mònica Roca, reclama para Catalunya 2.600 millones de esos 11.000 millones que Pedro Sánchez se sacó de la manga. La institución cameral pide, además, que los fondos se vehiculen a través de ayudas directas priorizando los sectores afectados por la pandemia.

La desindustrialización y la pandemia están empobreciendo Catalunya a toda marcha, mientras que los beneficios de los bancos que se deslocalizaron por la presión del gobierno del PP para perjudicar a Catalunya con motivo del 1-O, no paran de crecer

3. La situación económica de Catalunya no es halagüeña. Los unionistas dan la culpa de ello a los independentistas, pero el mal es general y no solo catalán. El cierre de Nissan o el cese de la actividad empresarial del grupo alemán Bosch, que el pasado jueves anunció el traslado de la producción de la planta de Lliçà d'Amunt a Wroclaw (Polonia), que se suma a la decisión anterior de cerrar las plantas de Castellet i la Gornal, no son consecuencia del proceso independentista. La desindustrialización y la pandemia están empobreciendo Catalunya a toda marcha, mientras que los beneficios de los bancos que se deslocalizaron por la presión del gobierno del PP para perjudicar a Catalunya con motivo del 1-O, no paran de crecer. El Puerto de Barcelona ganó un 63% menos por la fuerte bajada en pasajeros y cruceristas, cuyo número descendió, respectivamente, un 81,5% y un 93,7%, mientras que los ferris lo hicieron un 55,8%. Remontar no será fácil y por eso es más urgente que nunca que Catalunya disponga de la máxima soberanía para no depender de las fantasías tipo Bienvenido Mr. Marshall de Pedro Sánchez.

4. El unionismo y los partidos del régimen del 78 están muy preocupados por los disturbios juveniles que no cesan en las principales ciudades de Catalunya. Es evidente que quemar una furgoneta de la Guardia Urbana o romper los cristales de las oficinas bancarias no es una solución, pero tapiar las oficinas de La Caixa como si estuviéramos en guerra abona un alarmismo innecesario y exagerado. No hay para tanto. Además, en 2020 CaixaBank superó las previsiones que había hecho sobre el impacto de la Covid-19 y obtuvo un beneficio de 1.381 millones de euros. Con tanto dinero se pueden pagar cuatro cristales rotos y crear muchos puestos de trabajo. Lo que ya es más difícil de solucionar es otro dato, que afecta directamente a los jóvenes. También fue el pasado viernes cuando el Instituto Nacional de Estadística (INE) hizo público que la tasa de paro media durante 2020 entre los menores de 25 años había sido del 33,97%, una tasa que no se alcanzaba desde 2016 y que representa un incremento notable de siete puntos en comparación con el 26,16% de finales de 2019. En cambio, en el mismo periodo el paro general solo creció 1,6 puntos, pasando del 11,03% al 12,63%. Los jóvenes no tienen futuro y ya no están de humor. ¿Ustedes por qué creen que las estudiantes del Institut del Teatre denuncian precisamente ahora los abusos de poder y los acosos sexuales? Cuando no tienes futuro, puedes asumir los riesgos de la represión o de la indiferencia.

5. Ante una coyuntura como esta, los partidos independentistas tendrían que acelerar la negociación para llegar a un acuerdo y formar gobierno pronto. Por sentido de responsabilidad, pero también para fortalecer la credibilidad de la idea que una Catalunya independiente podría encarar mejor la gestión del bienestar social. Una Catalunya con estado propio tendría una posición fiscal significativamente mejor que en la actualidad. Esto incluso lo saben los unionistas más inteligentes. Otra cosa es que no lo quieran reconocer públicamente. Pero la independencia no se logrará porque unos cuantos unionistas caigan del caballo, sino cuando los independentistas sepan liderar el malestar subyacente de una sociedad maltratada desde hace años y que no dispone de los instrumentos políticos adecuados para hacerle frente. Pero hay que evitar las trampas. Pretender que la gente crea que el presupuesto de la autonomía no permite paliar la pobreza o el cierre de empresas es falso i un error. Una buena planificación del gasto público puede compensar los desajustes presupuestarios y convertirse, además, en la mejor denuncia sobre la falta estructural de ingresos y la fiscalidad mágica a la que está sometida Catalunya por parte de la derecha y la izquierda españolas.