indultos dui la vanguardia1. El diario barcelonés de la derecha monárquica lleva tiempo descarándose No tiene ningún problema en apoyar al candidato socialista porque sabe que no es una amenaza para los grupos de poder. La socialdemocracia europea lleva dentadura postiza desde hace mucho tiempo. Cuanto más rojo es el escenario, menos de izquierdas es el actor que interpreta la obra. El simulacro está a la orden del día. Tony Blair se convirtió en el rey de este modo de actuar. A La Vanguardia le da igual que gane un socialista como un conservador mientras nada cambie, siguiendo la plegaria lampedusiana. Desde que desapareció CiU y el independentismo se ha convertido en el centroizquierda de la política catalana, la derecha monárquica se ha quedado con pocas opciones, dado que el PP es marginal en Catalunya y Ciudadanos está en caída libre. Por lo tanto, los socialistas son hoy el partido de orden, la Bastilla del régimen del 78, que debe defenderse a toda costa, cambiando la realidad, si es necesario.

2. El pasado sábado el director del rotativo monárquico, Jordi Juan, escribió uno de esos artículos editoriales con mucho ruido. Dando por bueno que la culpa de la situación de bloqueo político actual es de los independentistas, Juan alertaba a los lectores que si el 14-F ganan los independentistas rupturistas, los que no están dispuestos a convertir la lucha por la independencia en retórica y hacer del independentismo otra momia sin dientes, los presos no serían indultados. Ya sabíamos que el gobierno español utiliza a los presos para doblegar la voluntad popular, pero que un periodista lo escriba sin escandalizarse es fuerte. Puesto que el discurso oficial socialista es que “el referéndum es algo descabellado y no tiene apoyo en la sociedad catalana”, La Vanguardia se apunta al carro para impedir superar el orden constitucional por la vía democrática. Según Juan, el único fleco que queda por resolver es la cuestión de los presos. Juan escribe literalmente: “Un triunfo de la vía rupturista hacia la república puede congelar tanto el proceso de los indultos como la reforma del Código Penal que está pensada para los líderes del procés que se autoexiliaron”. Eso es una gran mentira. El “gobierno más progresista del mundo” no ha dado ningún paso para solucionar el conflicto. Al contrario. Solo lo utiliza para intimidar a los autoproclamados moderados (gallardos solo en campaña) y generarles falsas esperanzas con la promesa de un indulto, que en ningún caso será general, esperando que amaine la tormenta y que Laura Borràs no se convierta en presidenta.

Ya sabíamos que el gobierno español utiliza a los presos para doblegar la voluntad popular, pero que un periodista lo escriba sin escandalizarse es fuerte

3. El director de La Vanguardia se equivoca cuando cree que con un indulto será suficiente para desguazar y debilitar al independentismo. La única salida es la amnistía. La táctica que han seguido los gobiernos españoles después de la derrota de ETA ha sido utilizar la aproximación de los presos para domesticar a la izquierda vasca, asustada desde el día que estuvo a punto de ser derrotada por Elkarrekin Podemos. Pero Catalunya no es Euskadi y el independentismo catalán tampoco. Aquí el terrorismo era cosa de grupos marginales, por suerte, por ruidosos que fueran. Por lo tanto, el aumento del independentismo no se ha producido como consecuencia de la represión, sino que es el resultado de un cambio social de gran profundidad provocado por el sentimiento de discriminación y expolio, ligado al inveterado espíritu centralista español que la España de las Autonomías no atajó. Desde 1981 y el golpe de estado, que a la práctica triunfó, la centralización ha sido la tónica de todos los gobiernos. El último episodio es la ley, promovida por Podemos-En Comú Podem, que establece un marco armonizado para los cuerpos de bomberos del conjunto del estado español y que fue ratificada la semana pasada cuando PSOE, Unidas Podemos-En Comú Podem, PP, Vox y Cs tumbaron la enmienda a la totalidad de Junts que reclamaba dejar sin efecto en Catalunya esta ley. La actitud democrática de los bomberos el 1-O les ha salido cara.

4. Jordi Juan, comprensiblemente preocupado porque el ministro de Asuntos exteriores ruso, Serguéi Lavrov, respondió con cinismo al no menos cínico Josep Borrell que quería darle lecciones de democracia con el caso Navalni, expresa que la “carpeta catalana es un problema, como se evidenció ayer en la crisis con Rusia, y debe ser resuelta con sentido común de las dos partes, no solo de una. Por eso es tan importante el resultado del 14-F”. ¿Ustedes se dan cuenta de la trampa de este razonamiento? Si no ganan los rupturistas, entonces sí que no se negociará nada, porque el Estado habrá ganado y no hará falta que los presos sean indultados. Si a cada lado de una hipotética mesa de negociación se sientan los que impulsaron la aplicación del 155, no les será necesario negociar. Sera una simple pantomima. En cambio, si el 14-F ganan los partidarios de la ruptura que tanto asustan a Jordi Juan, el estado no tendrá más remedio que buscar una alternativa al chantaje que ejerce con los presos tomándolos como rehenes. Pactas con el adversario y no con el vasallo. Si el independentismo no se muestra intransigente será derrotado por incomparecencia y el centralismo terminará la tarea de destruir Catalunya

5. España no es una democracia plena, como afirma Jordi Juan con orgullo. Esta es otra premisa falsa. Tener un parlamento y estar regido por una ley fundamental no prueba que un estado sea democrático. Si así fuera, Rusia también lo seria. Además, España es uno de los estados que, junto con Polonia, Hungría y Rumanía, más vulnera los derechos de las personas y la libertad de expresión, según las grandes organizaciones de defensa de los derechos humanos de la UE. La corrupción del poder judicial español no es un invento de los independentistas. La condena de Pablo Hasél es la demostración de que un juicio se puede desarrollar según las leyes vigentes —inspiradas por unas mayorías con mentalidad totalitaria y antediluviana— y no ser una justicia justa. Está claro que un diario monárquico, gubernamental por definición, este tipo de sutileza no puede entenderlas, porque defiende un régimen obsoleto y corrupto con un exjefe de estado que se da a la fuga cargado de dinero y el gobierno “de izquierdas” (?) le da cobertura. Con unos antecedentes como esos, no debe extrañarnos que el hijo y vigente jefe de estado amenazara a los ciudadanos de Catalunya que el 1-O de octubre se encararon pacíficamente con los policías que requisaban urnas con la ira de las dictaduras. Los presos tienen más posibilidades de ser liberados y los exiliados de volver si el Estado no consigue domesticar el independentismo. El gurú de la resistencia social, Stéphane Hessel (1917-2013), recomendaba a los jóvenes no rendirse jamás. Tenía razón: la resistencia es la fuente de la victoria. El 16 de febrero de 1936 los que no se doblegaron consiguieron la amnistía.