Olivier Giroud, delantero titular de la selección francesa, vivió un capítulo casi insólito en el mundo del fútbol. Giroud, jugador del Chelsea, decidió atender a los aficionados que esperaban a la puerta del hotel de concentración de Moscú.

El buen gesto del futbolista chocó con las intenciones de unos seguidores que no dudaron en hacerle ver que no estaban allí esperando su firma. Quizás esperaban jugadores con más glamour como Kylian Mbappé o Antoine Griezmann.

Giroud empezó el Mundial de Rusia como suplente, pero el paso de los partidos y su química con Griezmann lo han convertido en indiscutible. A pesar de jugar casi todos los minutos, el delantero no ha sido capaz de marcar ningún gol. Más que nada porque sólo ha disparado una vez entre los tres palos.