Toyota ha anunciado que el GR Corolla, la versión más radical de su compacto más popular, se fabricará en Europa a partir de 2026. La decisión supone un cambio estratégico importante para el modelo, que hasta ahora se producía exclusivamente en Japón. La planta escogida es la de Burnaston, en el Reino Unido, lo que marca un hito al convertirse en la primera factoría europea en ensamblar un modelo firmado por Gazoo Racing, la división de alto rendimiento de la marca.

Esta medida responde a la necesidad de aumentar la capacidad de producción del GR Corolla, cuya demanda en mercados como el estadounidense ha superado con creces las expectativas iniciales. La planta japonesa de Motomachi, encargada hasta ahora de su fabricación, trabaja actualmente a plena capacidad. Por ello, trasladar parte de la producción a Europa permitirá aliviar la carga industrial y, al mismo tiempo, mejorar la flexibilidad logística de la marca.

 

Lo destacable en este caso es que la producción en territorio europeo abre la puerta a una posible comercialización del modelo en el continente. Si bien Toyota no ha confirmado que el GR Corolla vaya a venderse en Europa, el hecho de producirlo localmente elimina muchas de las barreras habituales que limitan la introducción de este tipo de vehículos en la región, como los costes de importación o las adaptaciones normativas.

La planta de Burnaston ya produce el Corolla convencional, lo que facilita la integración del GR Corolla en sus líneas de ensamblaje, pese a tratarse de un modelo con características mecánicas muy diferentes. La inversión prevista para adaptar las instalaciones asciende a unos 41 millones de libras, que se destinarán a la creación de una nueva línea específica para este modelo de altas prestaciones, con una capacidad estimada de 10.000 unidades anuales.

Producción estratégica con impacto potencial en el mercado europeo

Cabe destacar que el GR Corolla aún no está disponible en el mercado europeo, a pesar del creciente interés que ha despertado entre los aficionados a los compactos deportivos. Su configuración técnica lo convierte en un modelo especialmente atractivo dentro de este segmento: bajo el capó se encuentra un motor tricilíndrico de 1.6 litros turboalimentado, capaz de generar más de 300 CV, combinado con un sistema de tracción total y una puesta a punto enfocada al rendimiento dinámico.

En este sentido, la fabricación en Europa no solo responde a necesidades industriales, sino que también puede leerse como una señal de apertura hacia nuevos mercados. La logística simplificada, la reducción de aranceles y una mayor capacidad de respuesta podrían allanar el camino para una futura introducción del GR Corolla en los concesionarios europeos, donde modelos rivales como el Volkswagen Golf R o el Hyundai i30 N ya cuentan con una sólida implantación.

 

Por otro lado, la apuesta por un modelo de nicho como este en una planta europea sugiere una confianza renovada en la demanda de deportivos compactos, incluso en un contexto marcado por las restricciones medioambientales y la electrificación progresiva de las gamas. Toyota parece estar dispuesta a mantener vivo este tipo de vehículos en paralelo a su estrategia de electrificación, al menos mientras exista un mercado dispuesto a recibirlos.