El Skoda Karoq que es uno de esos modelos que, sin hacer mucho ruido, está ganando cada vez más peso en nuestro país. Y es que, como ocurre con el resto de modelos de la marca checa, el hecho de formar parte del grupo Volkswagen permite que sus modelos cuenten con la tecnología de la marca alemana y, a su vez, con las características del fabricante checo, que entre ellas está en el hecho de que suelen fabricar modelos muy confortables en los que la habitabilidad de la capacidad de carga son dos de sus mejores argumentos.
Uno de los puntos positivos que tiene este modelo es que, a diferencia de lo que ocurre con buena parte de sus rivales directos en su segmento, Skoda ha optado por poner en el mercado una versión que cuenta con tracción a las cuatro ruedas, de tal manera que este SUV puede presumir de tener al menos una versión con verdaderas capacidades off road.
Es más que evidente que este Karoq en su versión 4 × 4 no se puede comparar en ningún caso algunos de los todoterrenos mejor dotados del mercado como es el caso del Jeep Wrangler, el Mercedes Clase G o el Toyota Land Cruiser, pero sí que es un modelo que, con este sistema de tracción y teniendo diferentes posibilidades para adaptarse al terreno, nos puede sacar de algún apuro de una forma muy sencilla.
Los tres ‘peros’ del Skoda Karoq en su versión 4x4
Si bien es cierto que es un modelo a tener en cuenta incluso en otras versiones, no todo en este Škoda en su versión 4x4 es perfecto. Es más, el hecho de que ninguna de sus versiones le permita lucir la etiqueta ECO de la DGT le resta puntos respecto algunos rivales directos.
Por otro lado, uno de sus principales puntos a mejorar es su mecánica. Por mucho que llegue con un motor de gasolina de 190 caballos de potencia asociado a una transmisión automática, el hecho de que sea un modelo bastante pesado, y más en su versión 4x4, provoca que en ciertas ocasiones la potencia no acaba de ser suficiente de todo, por lo que la respuesta no acaba de ser la de un modelo acorde con esta potencia.
A ello debe sumarse el hecho de que no es precisamente el SUV más eficiente del mercado ya que, llevando a cabo una conducción normal, sin intentar ser muy eficiente pero tampoco sin ir como si fuéramos en un deportivo, el consumo medio se puede disparar por encima de los 9 l a los 100 tranquilamente, cifras demasiado altas para un modelo de sus características.