Renault ha reavivado la memoria del legendario Clio Williams con una reinterpretación inesperada basada en el nuevo Renault 5 eléctrico. Lejos de tratarse de un regreso con ambiciones deportivas, esta edición limitada se centra en la estética, rescatando los colores, detalles y espíritu visual del modelo que marcó una época. “Vuelve el más bonito de los años 90, aunque no como piensas”, resumen con acierto quienes han visto en esta iniciativa un guiño emocional más que una apuesta prestacional.
Denominado Renault 5 Edition Monte Carlo, el modelo ha sido desarrollado por un concesionario holandés y no estará disponible fuera de ese país. La base es la versión Urban Range del Renault 5 Techno, con un motor eléctrico de 120 CV y batería de 40 kWh, lejos del explosivo 2.0 atmosférico que impulsaba al Clio Williams original. En este caso, lo destacable es el trabajo de personalización, con una carrocería en color “azul nocturno” de acabado brillante, decorada con llantas doradas de 19 pulgadas, líneas laterales clásicas y la inscripción de la carrera de Mónaco en la luneta trasera.
El frontal incorpora un spoiler con acabado símil fibra de carbono, mientras que en el interior se han instalado asientos tapizados en cuero perforado y Alcantara, con costuras doradas que completan el conjunto. Elementos como el número bordado en los respaldos o una insignia especial en el túnel de transmisión refuerzan el carácter exclusivo de esta reinterpretación.
Solo 25 unidades para un mercado único
La decisión de limitar esta versión a los Países Bajos responde a una iniciativa particular del concesionario Zeeuw & Zeeuw, que ha optado por reinterpretar el Renault 5 como tributo al Clio Williams con fines promocionales. No se trata, por tanto, de una edición oficial de Renault, aunque el nivel de ejecución y fidelidad visual la colocan por encima de una simple decoración especial.
Serán solo 25 los ejemplares transformados bajo esta configuración, con un precio de partida de 29.990 euros. Cada unidad estará numerada y equipada con los elementos específicos que definen esta Edition Monte Carlo, que combina pasado y presente en una ejecución precisa y cuidada.
Cabe destacar que la personalización no afecta al tren motriz ni a la arquitectura eléctrica del Renault 5. El vehículo mantiene su enfoque urbano, sin pretensiones deportivas, aunque con una puesta en escena que apela directamente a la memoria colectiva de los entusiastas de la marca.
En este sentido, llama especialmente la atención el impacto logrado por una operación tan localizada: una reinterpretación puramente estética, que no esconde sus límites técnicos, pero que logra capitalizar con éxito la fuerza simbólica de un nombre mítico. Un ejercicio de estilo que conecta dos generaciones mediante el diseño, no mediante las cifras.