Alpine, una marca asociada a Renault, ha dado a conocer nuevos detalles del que será su primer deportivo eléctrico, el sucesor del A110. Este modelo no solo supondrá el inicio de una nueva era para la marca, sino que también busca demostrar que las prestaciones, la agilidad y el carácter emocional de un coche deportivo pueden sobrevivir a la electrificación. Laurent Rossi, CEO de Alpine, ha sido tajante al respecto: “No haremos un coche clínico. Queremos crear una máquina emocional, no un robot”.

Con ese objetivo, Alpine ha desarrollado una nueva plataforma específica, construida en aluminio, que permitirá contener el peso por debajo de los 1.450 kg. Este dato sitúa al futuro A110 eléctrico por debajo de modelos equivalentes, incluidos deportivos de combustión como el Porsche 718 Cayman. La clave está en el planteamiento técnico, con una disposición de baterías repartidas en dos módulos: uno detrás del eje delantero y otro justo tras los asientos. Esta arquitectura no solo favorece un reparto de pesos óptimo, sino que permite mantener una altura inferior a 1,30 metros.

 

El conjunto eléctrico contará con un sistema de 800 voltios, lo que facilitará recargas rápidas y contribuirá también a reducir el peso total gracias a un cableado más delgado. Para la propulsión, el A110 contará con dos motores eléctricos en el eje trasero, con vectorización de par, mientras que una futura versión con tracción total sumará un tercer motor delantero. Philippe Krief, director de ingeniería de Alpine, ha señalado que “se trata de una configuración que no solo mejora las prestaciones, sino que refuerza la conexión entre coche y conductor”.

Una plataforma exclusiva para preservar el ADN deportivo de Alpine

La plataforma APP (Alpine Performance Platform) ha sido desarrollada íntegramente para modelos eléctricos deportivos. Servirá de base no solo para el A110, sino también para futuros SUV de la marca, aunque adaptada en función del tipo de vehículo. En todos los casos, el foco estará en preservar el equilibrio dinámico, la ligereza y las sensaciones al volante, rasgos que forman parte del ADN Alpine desde sus orígenes.

En cuanto a autonomía, el A110 eléctrico promete alcanzar hasta 600 kilómetros gracias a baterías de alta densidad energética. Este dato lo posiciona como un modelo competitivo incluso frente a eléctricos de gran autonomía, sin renunciar a una orientación decididamente prestacional. Alpine también ha confirmado que se ofrecerán dos variantes de carrocería: una cerrada tipo coupé y otra descapotable.

 

Llama especialmente la atención la apuesta estética por mantener los rasgos clásicos del modelo actual, como los cuatro faros frontales, reinterpretados ahora en una firma luminosa hexagonal. En este sentido, Antony Villain, director de diseño de Alpine, ha asegurado que “el nuevo A110 será moderno, pero reconocible. Queremos que conserve el alma del original, incluso siendo eléctrico”.

El futuro Alpine A110 eléctrico se fabricará en Dieppe, reforzando el compromiso de la marca con la producción local. Con este proyecto, Alpine busca posicionarse como un referente en deportivos eléctricos que no pierden su identidad, apostando por una ingeniería que equilibre rendimiento, tecnología y emoción.