La presidencia de los Estados Unidos de América depende del voto por correo en tres estados del Medio Oeste, el principal campo de batalla de las dos candidaturas de esta campaña. Dependen especialmente de los 20 votos electorales de Pensilvania, donde se han recibido 2,5 millones de sufragios por correo, de los que el 65% los han emitido ciudadanos que se declaran demócratas. Es decir, que podrían cambiar el resultado. En situación parecida se encuentran los estados de Michigan y Wisconsin.

El hecho de que Joe Biden vaya perdiendo en Florida y Georgia —estados que hacen el recuento a medida que entran los votos, hace semanas— indica que el voto por correo no le irá mucho mejor en Carolina del Norte, otro estado del Sur en disputa. Ganar en estos estados era el Camino del Sur a la Casa Blanca de Biden. Ahora mismo es una opción poco viable, aunque el demócrata tenga una mínima opción en Georgia, según The New York Times.

La única opción viva para el candidato demócrata es el Camino del Medio Oeste: vencer en Pensilvania, Wisconsin y Michigan. El voto presencial en esos estados ha sido favorable a Trump. Ahora arranca la batalla por el recuento del voto por correo y la angustia de comprobar si bastarà para cambiar el resultado actual, que inclina la balanza a cuatro años más de Donald Trump.

20201103 Elecciones presidenciales EE.UU. 20201103 Votando en North Greenwood Recreation Complex (Douglas R. Clifford:Tampa Bay Times vía ZUMA Wire:dpa)

Votación anticipada en un colegio electoral de Tampa, Florida (Douglas R. Clifford)

Votos demócratas en el correo

Muchos estados han facilitado la votación postal para ahorrar a los ciudadanos la inquietud del voto presencial generada por la pandemia de la Covid-19. Los votantes demócratas son los que con más frecuencia se han acogido al voto adelantado. Han emitido en torno al 53% de esos votos por el 36% de los republicanos, según el análisis predictivo de la empresa TargetSmart.

Es decir, que allí donde la ventaja de Trump es pequeña, el recuento del voto temprano —por correo o presencial— puede cambiar los resultados de estados clave como los de Pensilvania, Michigan o Wisconsin, y otorgar la Casa Blanca a uno u otro candidato. La proporción del voto anticipado es tan grande que no hay manera de obviarlo como otros años, donde no tenía incidencia real en el resultado.

Encima, el procesado del voto por correo tarda más que el voto presencial. Al menos hasta el final de esta semana, el recuento será una agonía, agravada por los litigios entre los abogados de unos y otros.

En previsión de estos líos, algunos estados con experiencia en voto anticipado y por correo se han adaptado. En Florida, el recuento empieza 22 días antes de las elecciones. En Carolina del Norte, cinco semanas antes.

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Joe Biden en campaña en Marshalltown, Iowa (Gage Skidmore)

Desacreditar el voto anticipado

Otros estados como Michigan, Pensilvania y Wisconsin —tan decisivos en esta elección como en la de 2016— decidieron no contabilizar los votos por correo hasta después del día de las elecciones. Los parlamentos de esos estados, que se encargan de la legislación y el proceso electoral, están dominados por republicanos, que siguieron la línea marcada por el presidente Trump: desacreditar y perjudicar el voto por correo tanto como sea posible. En consecuencia, pueden tardar muchos días en contar los votos que permitan determinar un ganador.

La segunda parte del drama es que, en algunos estados clave, las papeletas por correo que lleguen más allá del día de las elecciones pueden contarse, siempre que estén selladas antes del día de la elección. Los demócratas pidieron estas precauciones en previsión del alud de votos adelantados de este año y la lentitud del correo en algunas regiones. En Nevada, por ejemplo, pueden entregarse votos per correo hasta el 10 de noviembre si la fecha del sello es el día de las elecciones o antes. En Carolina del Norte hasta el 12 de noviembre.

Las encuestas previas indicaban que la mayoría de los partidarios de Trump tenían previsto votar el mismo día de las elecciones, mientras que más de la mitad de los partidarios de Biden tenían previsto votar por correo. Así ha sido. La campaña de Trump ha organizado un equipo jurídico para desafiar la validez de muchas papeletas enviadas por correo en estados críticos como Pensilvania y Wisconsin.

"Un grupo considerable de abogados estará preparado para defendernos de cualquiera de los líos que intenten los demócratas", dejó claro Tim Murtaugh, director de comunicación de la campaña de Trump. Los días que vienen serán movidos.

 

Foto Principal: Centro de campaña de Joe Biden en Miami