Las elecciones federales en Australia han supuesto una victoria contundente del Partido Laborista liderado por el primer ministro Anthony Albanese, mientras la derecha conservadora, encabezada por Peter Dutton, ha sufrido una derrota histórica. Este resultado se explica por una combinación de factores internos y externos, pero el rechazo a las políticas asociadas a Donald Trump y la condición cultural australiana han jugado un papel destacado. Con menos de un 80% escrutado, el partido de centroizquierda supera al segundo candidato por 46 escaños y constituye así lo que será la mayor victoria de un partido de izquierda desde las elecciones americanas del pasado noviembre.

El desenlace del proceso electoral es digno de análisis no solo por como rema contra la corriente mundial, sino también porque las encuestas han sufrido un giro drástico en los meses inmediatamente anteriores a la celebración. El Partido Liberal había superado a los laboristas en los pasados sondeos y la incertidumbre reinaba entre los australianos, pero Anthony Albanese supo revertir la situación de manera casi milagrosa con una campaña centrada en la respuesta al factor Trump y el rechazo a la polarización.

Encuestas austràlia 2025
Encuestas electorales australianas / Foto: TLDR News Global

Una estrella fuera de órbita

Aunque la narrativa parezca corriente, el cierto es que Australia es un caso raro: la campaña a favor de la estabilidad ha triunfado en un panorama que se ha demostrado realmente fértil para la política reaccionaria. En un 2025 lleno de cambios de colores que han favorecido los partidos conservadores y liberales mucho más que los de izquierdas, Anthony Albanese es un ejemplo de cómo responder a la tendencia mundial desde la izquierda. El Partido Laborista ha alcanzado un hito histórico defendiendo una agenda política centrada en la mejora del poder adquisitivo, la justicia social y la protección del medio ambiente, cuestiones que cada vez están menos en boga —sobre todo las últimas. Así pues, es relevante entender los porqués de este fenómeno peculiar y rompedor.

Anatomía de una ascensión a contracorriente

Los resultados del Partido Laborista se puede explicar desde varias perspectivas. En primer lugar, el electorado ha rechazado de manera clara la coalición conservadora, que ha adoptado una retórica y unas políticas similares a las de Donald Trump, especialmente en materia de migración y relaciones internacionales —hecho que ha alejado a los votantes moderados y urbanos. Además, la campaña en contra de su líder, Peter Dutton, ha sido feroz con las comparaciones, y se lo ha llegado a definir como "Temu Trump" (Temu es una plataforma de comercio que vende productos chinos a precios bajos), símil que él ha repudiado desde el inicio. Aparte de eso, Dutton, un exministro de Defensa que se había ganado la reputación de hombre fuerte e inflexible, protagonizó una campaña marcada por errores, cambios de rumbo y comentarios polémicos, hecho que debilitó todavía más su posición ante el electorado.

Paralelamente, los laboristas han hecho su trabajo y han sabido entender la circunstancia y la condición cultural de la población. Aparte de poner el acento en respuestas concretas a las preocupaciones cotidianas de la población (como la reducción de la factura eléctrica, la bajada de impuestos y la facilitación del acceso a la vivienda para los jóvenes), Albanese ha vehiculado perfectamente el cansancio y el miedo a la polarización política de la sociedad australiana. Históricamente, Australia ha tenido que trabajar en la reconciliación de su identidad anglosajona con su ubicación geográfica en la Asia-Pacífico. El miedo al aislamiento y la necesidad de estabilidad con los vecinos asiáticos han hecho que los australianos valoren el pragmatismo y la moderación en política exterior e interior, rechazando así los discursos polarizadores y a políticas extremas —como las asociadas a la derecha trumpista. En este contexto cultural, la figura moderada d'Albanese que, probablemente, hubiera fracasado estrepitosamente en la gran mayoría de países occidentales, ha protagonizado una victoria mayúscula y sin precedentes.