El excanciller socialdemócrata Gerhard Schröder se ha convertido en un personaje polémico en Alemania por sus vínculos estrechos con Rusia. Entró en la dirección de Gazprom, y ha mantenido relaciones con el Kremlin incluso después de la invasión de Ucrania. Muchos se preguntan si Putin lo utiliza como un mensajero para Europa. Recientemente Schröder ha vuelto a visitar Moscú para reunirse con el mandatario ruso, y pocos días después ha concedido unas declaraciones a la televisión RTN y al semanario Stern. "La buena noticia es que el Kremlin quiere una solución negociada", ha indicado el excanciller apuntando a esta posibilidad. Si es un mensaje de Putin se verá en las próximas semanas, pero por ahora no hay pasos en este sentido.

Schröder asegura, sin embargo, que el acuerdo que se consiguió a finales de julio sobre las exportaciones de cereales de Ucrania es un "éxito inicial" en este sentido que quizás "podría ampliarse lentamente hacia un alto el fuego". Al mismo tiempo, el excanciller se muestra partidario de reabrir a pleno rendimiento el gasoducto Nord Stream 2 del Mar Báltico, como "la solución más sencilla" para el suministro de gas Alemania. "No habría ningún problema de suministro para la industria alemana y los hogares alemanes", ha asegurado.

En cambio, el excanciller culpa la reducción de suministro de las últimas semanas a la empresa Siemens, y en concreto que sólo circule por el North Stream 1 el 20% del suministro, por una reparación técnica. Con eso contradijo el gobierno de Olaf Scholz, que responsabilizó a Rusia. Según Schröder, en cambio, la causa ha sido que la empresa ha hecho el mantenimiento de una turbina en Canadá. Precisamente hoy Scholz ha visitado la turbina, que ya vuelve a estar en Alemania.

El Ministerio de Infraestructuras de Ucrania informó el lunes de la salida de un primer barco con un cargamento de 26.000 toneladas de cereales desde el puerto comercial de Odesa, en el Mar Negro, según el portal ucraniano Ukriform. De acuerdo con este medio, que citaba fuentes ministeriales, el barco de carga "Razoni" viaja bajo bandera sierraleonesa y se dirige al puerto de Trípoli, en el Líbano, con toneladas de maíz ucraniano.

Anteriormente, un portavoz del gobierno turco había informado de la salida de un primer cargamento el mismo día, después del acuerdo a finales de julio entre Rusia y Ucrania, por separado, para posibilitar el desbloqueo del grano ucraniano. Turquía actúa como verificador de este acuerdo, en el que este país actuó de valedor junto con las Naciones Unidas, y dirige asimismo el centro de control establecido para velar por las operaciones. El propósito de acuerdo es volver a posibilitar las exportaciones de cereales ucranianos y paliar la crisis alimentaria mundial agravada desde el inicio de la guerra de Ucrania, el febrero pasado.