El Salvador celebra este domingo elecciones presidenciales y legislativas rodeadas de polémica, ya que el actual presidente, Nayib Bukele, se presenta a la reelección aunque la Constitución prohíbe que un candidato gobierne durante dos mandatos consecutivos. Con todo, la figura de Bukele tiene una gran popularidad, y los sondeos apuntan que conseguirá una cómoda victoria con cerca del 80% de apoyos. Además, su partido, Nuevas Ideas (NI), también obtendría una amplia victoria en la Cámara legislativa y podría llegar a conseguir 55 de las 60 diputaciones que se escogen. En este contexto, la oposición, formada por cinco partidos, parece condenada casi a la extinción.

El camino para la reelección inmediata de Bukele se abrió en 2021, cuando la Sala Constitucional de la Corte Suprema, que había sido nombrada por el Congreso de mayoría opositora sin seguir el procedimiento legal, cambió un criterio de interpretación de la Constitución. Los jueces afirmaron que la prohibición de presentarse a la reelección solo era aplicable a un mandatario que hubiera estado en el poder una década, pero hasta antes de este cambio interpretativo, el gobernante tenía que esperar 10 años para poder optar a la presidencia una vez acabado el primer mandato.

La lucha contra las bandas, principal reclamo de Bukele

La principal acción de gobierno de Bukele, que al mismo tiempo funciona como reclamo de cara a revalidar un nuevo mandato, es la lucha contra las bandas o maras, contra las cuales instauró un régimen de excepción muy polémico que se mantiene casi dos años después. La medida más destacada fue el encarcelamiento masivo de decenas de miles de hombres de estas pandillas, para los cuales creó una macroprisión. El régimen de excepción, sin embargo, también supone la suspensión de varios derechos, como la defensa de las personas detenidas o la inviolabilidad de las telecomunicaciones. Además, se extiende el plazo de detención administrativa a un máximo de 15 días. Aunque las organizaciones humanitarias han alertado de la vulneración de derechos humanos de los encarcelados, por otra parte, gran parte de la población asegura sentirse más segura con la implementación de estas medidas, y muestra de eso es el gran apoyo que tiene el presidente.

La oposición, en peligro de extinción

Entre los cinco candidatos opositores destacan a Manuel Flores, del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), partido de izquierdas surgido de una guerrilla después de la Guerra Civil en 1992; y Joel Sánchez, de Alianza Republicana Nacionalista (Arena), de carácter conservador. Se trata de los partidos que, hasta la irrupción de Bukele en el 2019, habían tenido la hegemonía en el país. Ahora, sin embargo, los sondeos no los otorgan más de un 5% en la intención de voto, de manera que su capacidad de influencia en el país podría quedar reducida a cero. Aparte de estos partidos tradicionales también compiten para arañar una parte de los apoyos José Renderos, de Fuerza Solidaria; Luis Parada, de Nuestro Tiempo; y Marina Murillo, de Fraternidad Patriota Salvadoreña. Para estos últimos, sin embargo, se pronostican apoyos de entre el 1% y el 2%.