Las conversaciones sobre la guerra de Ucrania celebradas en Berlín han situado en el centro del debate las garantías de seguridad que Estados Unidos y Europa podrían ofrecer a Kyiv en el marco de un futuro acuerdo de paz con Rusia. Lejos de ser una negociación definitiva, el encuentro ha servido para concretar propuestas y mostrar una inusual unidad europea ante un posible escenario de posguerra
El lunes, diversos líderes europeos hicieron público un comunicado conjunto que detalla las garantías que se ponen sobre la mesa. Entre las principales medidas destaca la creación de una fuerza multinacional liderada por Europa, destinada a dar apoyo al ejército ucraniano y a proteger el espacio aéreo y marítimo del país.
El documento también incluye un compromiso jurídicamente vinculante del Reino Unido y de otros estados europeos para “tomar medidas para restaurar la paz y la seguridad” en caso de un futuro ataque armado contra Ucrania. A esto se suma el apoyo explícito a la adhesión de Ucrania a la Unión Europea y la promesa de un soporte sostenido y significativo para ayudar al país a mantener unas fuerzas armadas de unos 800.000 efectivos en tiempo de paz, una cifra muy superior a la que exige Moscú
Otros puntos clave son la propuesta de un mecanismo de supervisión y verificación del alto el fuego liderado por Estados Unidos, pensado para detectar con antelación cualquier nuevo ataque, y el compromiso de invertir en la reconstrucción de Ucrania, incluyendo la posible utilización de activos soberanos rusos congelados en Europa.
¿Por qué estas conversaciones son relevantes?
Aunque no es la primera vez que se habla de paz, el tono de los dirigentes europeos ha sido especialmente optimista. Para Kyiv, el escenario ideal sería la presencia de tropas norteamericanas en el país como elemento disuasorio ante una nueva agresión rusa. Ante la improbabilidad de esta opción, la presencia de fuerzas europeas de países de la OTAN se considera la mejor alternativa.
El comunicado firmado por líderes del Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y otros siete estados asegura que estas medidas podrían ofrecer “garantías de seguridad sólidas y apoyo para la recuperación económica de Ucrania” en el contexto de un acuerdo para poner fin a la guerra. El canciller alemán, Friedrich Merz, afirmó que “ahora tenemos la oportunidad de un verdadero proceso de paz”.
¿Significa esto que la guerra se acabará pronto?
La respuesta corta es no. El proceso se asemeja más a una diplomacia lanzadera, con Ucrania y sus aliados europeos negociando, por un lado, y Rusia por el otro. Después de Berlín, los negociadores estadounidenses, encabezados por el enviado especial Steve Witkoff y Jared Kushner, yerno de Donald Trump, deben trasladar las propuestas al Kremlin.
Sin embargo, existen obstáculos importantes. Rusia ha considerado en el pasado una "línea roja" la presencia de tropas de países de la OTAN en Ucrania. Además, continúa sin resolverse la cuestión de los territorios ucranianos ocupados. Washington ha planteado convertirlos en "zonas económicas libres", una idea que, según Kyiv, equivaldría a aceptar la cesión de territorio soberano
Aunque los negociadores estadounidenses aseguran que el acuerdo está “hecho en un 90%”, el presidente Volodímir Zelenski reiteró el lunes por la noche que Ucrania nunca reconocerá estos territorios como rusos ni aceptará fórmulas económicas bajo control de Moscú. Las decisiones más difíciles, por tanto, continúan pendientes.