El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, ha sido reelegido por un cuarto mandato este domingo. La victoria del partido ultraderechista que encabeza Orbán ha sido amplia. Con el 92% de los votos escrutados, el partido gobernante, Fidesz, está por el camino de obtener 135 escaños en el parlamento de 199 miembros, mientras que la oposición sumaria 56 diputados. Orbán por su parte, se ha dirigido a sus votantes cuando su victoria ya se podía ver clara con la mayoría de los votos escrutados. "Hemos conseguido una gran victoria", ha afirmado y ha añadido: "Una victoria que quizás no se podrá ver desde la Luna, pero seguro que sí que se ve desde Bruselas".

Orbán no solo revalida su cargo como presidente por cuarta vez, sino que lo hace consiguiendo una mayoría que le permitirá gobernar en solitario. La oposición al líder de ultraderechista no ha recibido demasiado apoyo a las urnas. Péter Márki-Zay, la principal esperanza de la oposición, no ha sido capaz de vencer ni en su circunscripción electoral de Hódmezõvásárhely, ciudad de la cual es alcalde desde el 2018. Tampoco hacer campaña le ha sido fácil. Según hace días que recuerda Márki-Zay, solo ha contado con 5 minutos de televisión, los que fija la ley electoral, mientras que Orbán ha salido constantemente.

No solo silenciar a sus opositores ha favorecido a Orbán, también lo ha hecho la guerra de Ucrania. El conflicto, que en un principio iba a pasar factura a Orbán por sus lazos con Vladímir Putin, ha acabado siéndole útil, según recoge Efe. El último mes con su partido se han centrado en transmitir un mensaje: Obrán es un líder experimentado que garantiza estabilidad en momentos de guerra. También cambiaron el lema de campaña cuando estalló la invasión rusa en Ucrania, pasando a utilizar "Guerra o paz".

 

Referéndum homófobo

Además de las elecciones parlamentarias, los electores húngaros estaban llamados a votar en un referéndum abiertamente homófobo que hacía preguntas tendenciosas sobre la educación sexual y la identidad de género. Por ejemplo, algunas de las preguntas eran: "¿Dais apoyo a la introducción sin restricciones de contenido de medios sexuales a los menores de edad que afecte a su desarrollo?", o "¿Dais apoyo a la visualización de contenido multimedia sensible al género a los menores?". El resultado final ha sido favorable a los posicionamientos del partido ultraderechista. Con este referéndum, el gobierno de Orbán se ha asegurado un apoyo popular para sacar adelante sus políticas anti-LGBTI, que tanto lo han enfrentado con la Unión Europea.