Mayo y principios de junio es la época idónea para visitar el Parque Forestal de Zhangjiajie, en la provincia de Hunan, al suroeste de China, antes de que llegue el calor opresivo del verano. Este impactante paisaje natural es famoso por sus enormes formaciones de pilares de cuarzo y arenisca, que se dice que inspiraron el escenario flotante que aparece al éxito de taquilla de Hollywood del 2009 “Avatar”, pero este año las visitas turísticas no han supuesto exactamente una ilusión para China. Las autoridades del país han tenido que iniciar una operación masiva de limpieza inmediata en las antiguas cuevas después de que vídeos virales mostraran montañas de desperdicios acumulados durante más de una década en el idílico paraje natural.

El problema salió a la luz a finales del marzo pasado, cuando espeleólogos publicaron en la red social Douyin imágenes que mostraban cuevas llenas de residuos domésticos, botellas de plástico, latas e incluso contenedores con sustancias químicas. Uno de los vídeos más impactantes muestra basura apilada hasta siete u ocho pisos de altura, cubriendo completamente el suelo de la cueva hasta el punto que se podía caminar por encima. La difusión de estas imágenes provocó una oleada de indignación en todo el país y forzó las autoridades locales a iniciar una investigación y un dispositivo de limpieza urgente que todavía dura hoy.

El origen del desastre: déficits en la gestión de residuos en China

Según han reconocido las autoridades del condado de Cili, donde se encuentran las cuevas, la situación se produjo entre 2010 y 2016, cuando se prohibió la crema de basura al aire libre, pero todavía no se había implementado un sistema alternativo de recogida y tratamiento de residuos. Durante este periodo, era habitual que los vecinos e incluso los mismos responsables municipales organizaran el vaciado de residuos en las cuevas cársticas de la zona, una práctica que se convirtió en rutinaria. La magnitud de la acumulación de desperdicios llegó a ser tan extrema que, además de residuos domésticos, también se han encontrado desperdicios de explotaciones ganaderas —como estiércol de cerdo— que han provocado la contaminación de las aguas subterráneas y han teñido de negro las estalactitas de las cuevas.

Como respuesta al escándalo, cuatro funcionarios locales han sido suspendidos y se han abierto investigaciones a una docena de granjas por vertidos ilegales. Todas las cuevas de la región están ahora bajo inspección y se ha habilitado un canal de denuncias para evitar nuevos casos. Además, desde marzo se han retirado más de 51 toneladas de desperdicios de dos de las cuevas más afectadas, la Yangjiapo y la Datiankeng, aunque la limpieza todavía continúa en esta última. Durante las intervenciones se ha tenido que parar temporalmente el trabajo al menos en una ocasión por la presencia de gases tóxicos en el interior de las cuevas.

Expertos alertan de que la contaminación podría ser irreversible, ya que los contaminantes pueden infiltrarse rápidamente en los acuíferos cársticos y afectar a la calidad del agua y los ecosistemas acuáticos de la zona. En las redes sociales chinas, muchos usuarios se cuestionan cuánto de tiempo tardará la naturaleza en recuperarse y exigen responsabilidades a los responsables. El parque natural de Zhangjiajie, reconocido como patrimonio mundial por la UNESCO, sigue siendo un símbolo de orgullo nacional y un destino turístico de primer orden, pero este episodio ha puesto de manifiesto la fragilidad de sus ecosistemas y la necesidad de una gestión ambiental más rigurosa en el país más contaminante del mundo, que ahora se encuentra intentando la transición ecológica con un pie todavía atascado en una balsa de petróleo.