Los atentados en el aeropuerto de Bruselas pusieron en duda la seguridad en Bélgica e hicieron temblar el gobierno del país. Hoy se ha producido la primera dimisión. Se trata de la ministra belga de Movilidad, Jacqueline Galant, que ha dimitido a causa de las críticas suscitadas a su gestión por los errores de seguridad de los aeropuertos belgas. 

El año 2015 la Comisión Europea alertó a Bélgica de qué había deficiencias en la seguridad de los diferentes aeropuertos del país, incluidos los internacionales como el de Zaventem, donde tubieron lugar los atentados el pasado 22 de marzo. Pero a pesar de esta advertencia, el gobierno no tomó medidas. 

La ministra negó saberlo

En un primer momento tanto la ministra de Movilidad como el primer ministro belga, Charles Michel, afirmaron que el Ministerio no tuvo acceso a estos informes. No obstante, unos documentos publicados por varios diarios, entre ellos Le Soir y La Libre Belgique, prueban que Galán sí que era consciente de las deficiencias advertidas desde la CE y que incluso asistió a reuniones donde se abordaron estos informes. Sin embargo, no se tomaron mides al respecto.

En una comparecencia pública, Galant ha explicado que, a causa de las críticas sobre su gestión, "ya no podía trabajar con serenidad" y que "es el interés del ciudadano el que prima, y si eso implica que renuncie a mi mandato, lo hago". Su dimisión ya ha sido aceptada por el primer ministro belga, el liberal Charles Michel, y por el Rey Felipe de Bélgica.

El diario Le Soir avanzó que ha sido Michel quien durante una reunión bilateral ha exigido a la ministra que dimita porque considera "inaceptable" que no comunicara al Parlamento belga las deficiencias en las que hacían referencia los informes de la CE. Además el primer ministro ha confirmado en rueda de prensa que la dimisión de Galant se debe "a los documentos publicados por la prensa que certificaban que (Galant) había tenido acceso a los informes de la CE sobre seguridad aérea".

Controles de seguridad

La CE alertó en dos informes, uno en 2011 y otro en junio de 2015, de "graves deficiencias" en el control de la seguridad de los aeropuertos belgas, entre ellos el de Bruselas. El portavoz comunitario de Transportes, Jakub Adamowicz, ha explicado hoy que estos informes son fruto de las deficiencias que los agentes europeos detectan durante controles no anunciadas a la red de aproximadamente de 800 aeropuertos comunitarios.

Unos 110 agentes visitan aeropuertos de la UE para ver si las medidas de seguridad funcionan en la práctica y si hay deficiencias se aplica un mecanismo de rectificación en virtud del cual las autoridades nacionales y aeroportuarios deben corregir la situación en una fecha límite establecida. En Bélgica se han realizado 14 inspecciones entre 2004 y 2014 de este tipo, incluidas algunas de seguimiento, según explicó, y recordó que estos sistemas contribuyen a que la UE "tenga el mayor nivel de seguridad aérea" en los aeropuertos.