Quebec se ha puesto muy serio en defensa del francés, su idioma propio. La Asamblea Nacional ha aprobado por 78 votos a favor y 29 en contra, la denominada ley 96, que fija que los migrantes y refugiados que lleguen al país sólo podrán recibir los servicios usando el inglés durante los seis primeros meses. Una vez pasado este tiempo de adaptación, se tendrán que comunicar con la administración de Quebec exclusivamente en francés, o se expondrán a perder servicios públicos.

La ley 96 reforma significativamente la Carta de la lengua francesa casi 45 años después de su creación, y refuerza este idioma en el uso público, después de constatar que el inglés seguía haciéndose presente por la fuerte presión económica y cultural. Otras medidas son que las empresas de más de 25 empleados tendrán que demostrar que la lengua habitual en el puesto de trabajo es el francés. Hasta ahora lo tenían que hacer las de más de 50 empleados. Y también se decreta el uso generalizado de este idioma en los sectores regulados a escala federal, como es el caso de bancos o telecomunicaciones.

Con respecto a las escuelas anglófonas, que están permitidas en el país, queda fijado que el número de matrículas no puede superar el 17,5% de la cifra total de estudiantes en Quebec. Además, los alumnos de escuelas anglófonas, conocidas como CEGEP, deberán realizar al menos tres cursos de 45 horas en francés y aprobar un examen de francés al final de los estudios. Hasta ahora hacían esta prueba en inglés. El resto de la enseñanza -es decir el 82,5% del alumnado- estudiará en francés. El techo no se aplicará en las universidades anglófonas.

La ley también fija que el sector público tendrá que utilizar el francés para "asegurar la implantación del idioma en Quebec y protegerlo". Sólo existe una excepción a este uso generalizado del idioma propio, y es la Sanidad. La norma fija que se podrá usar una lengua diferente del francés "cuando la salud, la seguridad pública o los principios naturales de justicia lo requieran". Es una previsión por si una persona angloparlante acude a un servicio sanitario, a fin de que también se le atienda.

Con respecto al poder judicial, no se podrá exigir a un futuro juez del Quebec que domine una lengua que no sea el francés, "a menos que el ministro de Justicia y el ministro de la Lengua francesa consideren que este conocimiento es necesario". Es decir, los jueces de la provincia tendrán que saber francés, y de ordinario no será necesario que hablen inglés.

La nueva ley ha sido aprobada con el apoyo de los partidos Avenir Québec (en el gobierno) y Québec Solidaire, y ha tenido la oposición del independentista Partido Quebequés, que lo ha considerado insuficiente. El Partido Liberal del Quebec también ha votado en contra, pero porque considera que da demasiadas obligaciones para el francés en detrimento del inglés.