El presidente francés, Emmanuel Macron, ha lanzado hoy el mensaje más grave que se conoce a un mandatario europeo desde la Segunda Guerra Mundial, y ha advertido que llega "el fin de la abundancia" y también de las "evidencias compartidas". Macron ha hablado con estas palabras de los problemas que vendrán una vez finalizado el verano, y ha hablado de la suma de "varias crisis, cada una más grave que la otra".

A diferencia de lo que sucede en otros Estados, donde sólo se habla tácticamente de la crisis según la novedad del día, Macron ha preferido hacer un enfoque global coincidiendo con la vuelta al trabajo del Consejo de Ministros y ha dibujado ante los medios de comunicación un panorama muy difícil. Lo ha aprovechado para pedir "unidad" a los franceses, y no caer en el conspiracionismo o la demagogia. "Nuestros compatriotas puede ser que reaccionen con mucha inquietud", ha reconocido, aludiendo a la tendencia de la política francesa de llevar fácilmente los conflictos a la calle. Y por eso ha pedido a los ministros que hablen a partir de ahora "con mucha claridad" a la población, pero siempre sin caer en el "catastrofismo".

"Vemos una serie de crisis cada vez más graves, y nuestro destino puede estar acondicionado por tener que gestionar permanentemente crisis y urgencias. Estamos a punto de vivir una gran convulsión, un cambio radical. En primer lugar, porque estamos viviendo el fin de la abundancia, de la liquidez sin fondo, no sólo este verano sino ya desde hace algunos años. Vivimos el fin de los productos y las tecnologías a bajo precio perpetuamente disponibles. Vivimos, asimismo, el fin de las materias primas abajo precio, como el agua. Es importante y urgente tomar las decisiones necesarias para sacar las consecuencias de estos cambios de gran importancia. También es el final de las evidencias compartidas. Si alguien pensaba la democracia y los derechos humanos eran el pilar teológico del orden internacional, los últimos años han hecho saltar por los aires algunas pruebas. Se está imponiendo otra realidad. Asistimos a la ascensión de los regímenes iliberales, a la consolidación y al refuerzo de los regímenes autoritarios. Y también es el final -para los que las tuvieron- de algunas formas de imprudencia", ha apuntado.

Macron ha admitido que teniendo en cuenta el aumento de la inflación, la guerra en Ucrania y las tensiones entre China y Taiwán "es fácil prometer cualquier cosa e incluso decir cualquier cosa". Pero ha pedido "no ceder a estas tentaciones", y no caer en la "demagogia". Ante eso ha hecho un llamamiento a defender la democracia y la "real igualdad de oportunidades".

El presidente francés ha realizado las declaraciones después de hablar con el presidente ruso, Vladímir Putin, la semana pasada, en una larga conversación telefónica, y del viaje que tiene previsto efectuar a partir de mañana el jueves a Argelia para tratar de la cuestión del gas.