La policía rusa ha intentado impedir en Moscú, San Petersburgo y otras localidades concentraciones improvisadas contra la guerra, y eso ha provocado momentos de tensión, que han acabado en centenares de detenciones. Los policías han indicado a los manifestantes que se disolvieran o se consideraría que hacen desobediencia a las autoridades. Escenas similares se han producido en Moscú, Kaliningrado y en alguna otra localidad. Centenares de personas han participado en la marcha de San Petersburgo, que llevaba el lema de No a la guerra. Algunos de los concentrados han sido detenidos por el solo hecho de sacar un papel donde estaba escrito un mensaje crítico contra la ofensiva militar en Ucrania, como le ha sucedido a esta chica, según ha explicado un periodista de The Guardian.

 

 

Mientras tanto en Barcelona, con el alma en un puño viendo y actualizando las noticias desde el móvil, y preocupados por sus familiares, que están en algunas de las ciudades de nombres casi impronunciables, un centenar de ucranianos se han concentrado desde primera hora de la mañana ante la sede del consulado del país de Vladímir Putin en Barcelona, en la avenida de Pearson, en la zona alta de la capital de Catalunya. Las decenas de personas que se han concentrado ante el consulado ruso han mostrado banderas de Ucrania, de Europa y de España, y no se han cansado de gritar contra la guerra y contra el presidente Putin, a quien acusan de ser "loco" y "de ocupante". La concentración se ha desarrollado durante toda la mañana sin incidentes, pero la tranquilidad se ha ido rompiendo, a ratos, por los gritos de los concentrados y también por los insultos contra ciudadanos de nacionalidad rusa que entraban y salían de la sede consular para hacer gestiones. En el interior, si bien con el trasfondo de los gritos y las noticias que llegan desde Rusia, se sigue ofreciendo servicio administrativo con normalidad.

En el exterior, blindado por los Mossos d'Esquadra, algunos ciudadanos ucranianos residentes en Barcelona han explicado dónde tienen familiares y cómo han podido hablar, durante la mañana, a pesar de los fallos de los mecanismos de comunicación y cortes de electricidad que están sufriendo las ciudades más próximas a la frontera con Rusia. Una familia ucraniana que hace cuatro años que vive en Barcelona ha clamado por la intervención de la Unión Europea y la OTAN para poner punto final a la ocupación rusa y alertan de que a Putin no le interesa su país. "Hoy de madrugada ha empezado una guerra contra el mundo libre, es una guerra mundial", aseguran. "Ya ha habido otras guerras contra Ucrania, hoy es diferente. Y Europa lo tiene que parar", insisten. La guerra contra ellos, sin embargo, aseguran, hace ocho años que dura, con varias fuerzas y ataques contra civiles en la parte fronteriza.

En la fotografía principal, detenida con el cartel "No a la guerra" en San Petersburgo | @chert73743