Cada minuto que pasa hace disminuir las esperanzas de encontrar personas con vida bajo los escombros. Los servicios de rescate, muchos de ellos voluntarios de todo el mundo, buscan a contrarreloj a más supervivientes del terremoto que sacudió Turquía, Siria y el Kurdistán este lunes. Hasta ahora, en Turquía se ha podido encontrar cerca de 8.000 personas con vida que habían quedado sepultadas por los escombros de edificios que se hundieron con los seísmos. Pero ya han pasado más de 50 horas del principal terremoto, con todo lo que eso puede comportar para los desaparecidos, para quien cada minuto sin agua ni comida, sin oxígeno, sin medicinas y sin asistencia médica puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte. Es por eso que los equipos de emergencia hacen un último esfuerzo por encontrar a los últimos supervivientes, como los millares de familias atrapados bajo sus propias casas. La situación es especialmente crítica en Siria, un país en guerra que ya tenía el 70% de la infraestructura dañada tras una década de conflicto armado, y donde la asistencia humanitaria llega con cuentagotas.

Rescate "milagroso" de una familia en el norte de Siria

A medida que pasan las horas, las historias de familias como esta parecen más imposibles. El equipo de rescate de los Cascos Blancos ha conseguido salvar a toda una familia que hacía más de un día y medio que estaba atrapada en el noroeste de Siria, la zona más golpeada en el país porque se sitúa cerca del epicentro del seísmo principal. "Un verdadero milagro, resuenan las voces de alegría consiguiendo el cielo, una familia completa es rescatada de debajo de los escombros de su casa", han indicado los Cascos Blancos, en un vídeo difundido en su cuenta oficial de Twitter. En el clip se aprecia como dos miembros del equipo sacan, en primer lugar, al padre, mientras que los otros dos niños son salvados sucesivamente de debajo de los escombros entre una marabunta de gente que acudió al lugar para ver el "milagro" y exclamaba "Dios es grande".

"El tiempo se agota"

Los servicios de emergencia están trabajando a contrarreloj para salvar a las "centenares de familias" que continúan todavía atrapadas. "El tiempo se está agotando, centenares de personas continúan atrapadas bajo los escombros. Cada segundo puede salvar una vida", alertaron los Cascos Blancos, el equipo de emergencias que opera en las áreas de Siria en manos de la oposición y que está liderando los rescates en las provincias de Idlib y Alep (noroeste). Al sufrimiento del terremoto se añade que la única vía directa de entrada de suministros en las áreas del noroeste de Siria, el paso fronterizo de Bab en el Hawa, ha quedado dañada. Se trata del único punto por el cual entran suministros en las áreas de Idlib y la vecina región de Alep en manos de la oposición, a excepción de algunos envíos puntuales de ayuda humanitaria de las Naciones Unidas desde las zonas controladas por el gobierno del presidente sirio, Bachar al-Asad.