El hundimiento del buque insignia de la flota rusa, el Moskva, ha trastocado a Moscú. Como consecuencia, la propaganda del Kremlin se ha intensificado en las últimas horas, y ha aprovechado la pérdida naval como una oportunidad para agitar la población y fomentar el soporte para la guerra. En un programa retransmitido por la televisión rusa después del ataque exitoso de la resistencia ucraniana contra el barco ruso, un grupo de comentaristas ha aseverado la manera con la cual se refieren a los ucranianos y exigido más dureza en la invasión. En un punto, uno de los tertulianos compara el pueblo vecino con Satanás, en un ejercicio literal de demonización del enemigo: "¿Quién es el Dios de los ucranianos?", pregunta, "Es el demonio, básicamente. Y cuando nos sorprendemos de la crueldad de esta gente, no hay nada de que sorprendernos. Eso es el paganismo. Pide sacrificios humanos. Pide sangre. Las matanzas y las atrocidades son el primer paso para jurar lealtad a aquellos poderes oscuros. Eso es lo que está pasando en Ucrania ahora mismo. Por eso hay tantas salvajadas. Por eso están crucificando soldados", relata.

Sacrificios satánicos

Desprecio absoluto por los ucranianos. Eso es lo que se desprende de la televisión rusa, un espacio que desde el estallido del conflicto ya no cuenta con ninguna voz disidente que no haya sido censurada. En el programa, el mismo hombre continúa su relato por justificar la guerra en un tono todavía más severo: "Ucrania está siendo despellejada como un cerdo en el altar de sacrificio pagano. No lo entiende. Está siendo sacrificada, está siendo despellejada. Occidente está sacrificando su sangre para aquellos Dioses a los que realmente veneran". Ante las graves acusaciones y la deriva conspiranoica del discurso, el comentarista insiste de nuevo: "Podéis decir que es una teoría de la conspiración, pero estoy convencido. Estas personas que mandan en Occidente hoy en día son satánicos de verdad", culmina. "Estoy totalmente de acuerdo contigo", contesta el moderador.

Propaganda

Hay que recordar que hoy por hoy Moscú no ha decretado la movilización militar total, y tampoco ha instaurado la ley marcial. A su vez, eso significa que Rusia estaría teniendo problemas para sustituir el gran número de bajas que está sufriendo en el suelo ucraniano. De momento, la invasión de Ucrania sigue siendo una "operación militar especial" según las fuentes oficiales, aunque se haya acabado alargando mucho más del previsto. Es precisamente por eso que el Kremlin estaría interesado en instigar el odio hacia los ucranianos con el fin de justificar una movilización a gran escala y animar voluntarios para que se alisten en las filas del ejército. Por otra parte, el hundimiento del 'Moskva' supone una grave golpe contra la moral de las tropas y el espíritu belicista fomentado en los últimos años por el régimen de Vladímir Putin. En este vídeo también vemos la carrerilla que la iglesia rusa ha cogido recientemente en un sentido identitario y como es uno de los pilares que sustenta la corriente de pensamiento que ha acabado justificando la invasión. En el mismo programa, uno de los tertulianos cree que el hundimiento del buque insignia es causa suficiente para "ir a la guerra", y lo expresa con mucho fervor: "¡La operación militar especial ha acabado! Se acabó anoche cuando nuestra nación madre fue atacada ayer", exclama. "¡Deberíamos bombardear Kyiv! Eso es lo que hay que hacer". De alguna manera, el hecho de que el hombre no sepa, o no quiera reconocer, el hecho de que Rusia ya ha bombardeado la capital ucraniana repetidamente, retrata perfectamente la burbuja propagandística hinchada por el Kremlin.