Obama y Rajoy se saludan en la cumbre del Cambio Climático en París / EFE

El clima está cambiando, algo que ya ha admitido hasta Mariano Rajoy, quien el pasado miércoles, en declaraciones a la Cadena Ser, rectificaba su posicionamiento del 2007. Entonces, apoyándose en el análisis que había hecho su primo, catedrático de Física en la Universidad de Sevilla, restaba relevancia a la cuestión. "Cuando uno se equivoca, lo mejor es rectificar”, declara ahora. “Me equivoqué entonces y he rectificado. Me parece un problema grave". Un problema al que se le intentará hallar solución en la cumbre del clima de París.

En una de las citas internacionales del año, representantes de 195 países, más la Unión Europea, se reunirán en la capital francesa durante las próximas dos semanas para tratar de alcanzar un pacto que gestione el proceso mundial de descarbonización para que la temperatura del planeta no supere los peligrosos 2 grados a finales de siglo.

Estas son cinco claves para entender la 21ª Conferencia de las Partes, COP21.

1. Acuerdos

El acuerdo que se pretende alcanzar en París entraría en vigor en el 2020 y tiene vocación de perdurar hasta el 2050. Sustituiría la segunda fase del Protocolo de Kioto, pero si aquel sólo incluía a un grupo de países industrializados que representan el 11% de las emisiones, el nuevo acuerdo incluye responsabilidades para todos los países y cubriría casi el 100% de los gases.

2. Compromisos

Cerca de 170 países responsables del 95% de las emisiones han remitido a las Naciones Unidas compromisos de reducción de emisiones para París. Los compromisos requerirían una inversión de 13,5 billones de dólares hasta el 2030, y en el caso de los países pobres están condicionados a la recepción de ayuda internacional.

3. Mecanismos

Los países plantean crear un mecanismo para revisar sus objetivos al alza cada cinco años, de manera que con el tiempo vayan siendo más ambiciosos y se pueda alcanzar el límite de los 2 grados antes de finales de siglo.

4. Finalidad

Más allá de los compromisos, la finalidad del pacto es marcar el principio del fin de los combustibles fósiles, enviando un mensaje contundente a los mercados de la apuesta política mundial por una economía baja en carbono.

5. Momento político-económico

Nunca antes ha existido un momento político tan favorable al acuerdo climático: China y Estados Unidos han rubricado un compromiso para luchar juntos contra el calentamiento; y los países del G7 han emitido una declaración comprometiéndose a poner fin a los combustibles fósiles en el 2100. El "clima" también es favorable en lo económico: 200 multinacionales han pedido a los países que pongan precio al carbono; las 10 mayores petroleras han creado una coalición para formar parte de las soluciones; las renovables abastecieron el 9,3% de la demanda energética mundial en el 2014 y su precio se ha abaratado notablemente en la última década (un 80% en el caso de los paneles solares).

Expuestas las claves, la pregunta que se plantea es: ¿Habrá acuerdo? Los tres principales puntos de desacuerdo en la negociación son la financiación para la mitigación y adaptación al cambio climático en los países más vulnerables; la diferenciación o no entre países ricos y pobres y la ambición del acuerdo más allá de una mera declaración de intenciones. Los más optimistas afirman que "nada está decidido hasta que se decide". Los pesimistas, por el contrario, se encomiendan a un milagro. Cuanto menos, el papa Francisco ha dedicado una Encíclica al cambio climático considerando que combatirlo es "una cuestión moral" y del "bien común"; y los líderes islámicos le han secundado con una declaración apelando al compromiso climático de los 1.600 millones de musulmanes.