El ultimátum de Donald Trump ha sido recibido con poca preocupación en Rusia. Un día después de que el presidente estadounidense anunciara que recortaba a "entre 10 y 12 días" el plazo para conseguir una solución pacífica al conflicto en Ucrania, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha anunciado durante una rueda de prensa que Moscú "toma nota de las declaraciones hechas por el presidente Trump", pero que la operación militar especial continúa. La intención de Vladímir Putin de hacerse el desentendido y continuar con la guerra se ha visto demostrada la noche de este lunes, con una serie de bombardeos sobre varias ciudades de Ucrania que han dejado al menos 22 muertos y 85 heridos. Sin embargo, Peskov ha asegurado que su país sigue comprometido con el proceso de paz para resolver el conflicto, siempre que se protejan los intereses rusos.

El mismo presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha confirmado el número de víctimas de los últimos ataques rusos, que se han producido en un momento en que "todo el mundo volvía a sentir la esperanza de que se pusiera fin a los asesinatos". El mandatario, que el lunes agradecía en un vídeo publicado en X el nuevo intento de Donald Trump para presionar Putin, ha descrito con detalle algunos de los ataques, entre los cuales destaca un bombardeo "deliberado" sobre un centro penitenciario en Zaporíjia. Del balance total de 22 víctimas derivado de la última ofensiva rusa, 17 eran reclusos de esta prisión del sureste del país, donde también ha habido 80 heridos. Según la Fuerza Aérea de Ucrania, Moscú habría lanzado dos misiles balísticos Iskander-M, además de 37 drones Shaded y UAV cargados con bombas aéreas guiadas. Por otra parte, dos personas han muerto y cinco han resultado heridas en Dnipró, después de un ataque con misiles que ha destruido parcialmente un hospital materno y la sala de un hospital municipal.

El Kremlin alerta que "con Rusia no se juega al ultimátum"

La guerra en Ucrania continúa a pesar del enésimo aviso amenazante de Donald Trump hacia su homólogo ruso. El republicano, "profundamente decepcionado" con Putin, le dio inicialmente 50 días para poner fin a las hostilidades y conseguir una solución pacífica al conflicto, plazo que este lunes recortó a "unos 10 o 12 días a partir de hoy". Según el expresidente y actual subdirector del Consejo de Seguridad ruso, Dmitri Medvédev, "cada nuevo ultimátum es una amenaza y un paso a la guerra". Y no entre Rusia y Ucrania, sino con los Estados Unidos, alerta a Medvédev, quien a través de una publicación en X, también ha asegurado que "Rusia no es Israel, ni siquiera Irán." Mientras los intercambios de misiles y drones siguen produciéndose casi cada noche, el Kremlin no da su brazo a torcer, y ante los intentos de EE.UU. de mediar en el conflicto, lo tiene claro: con Rusia no se juega al juego del ultimátum.

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