El presidente de EE.UU, Joe Biden, reiteró este miércoles su intención de presentarse a la reelección en 2024, aunque no hará un anuncio oficial hasta principios del próximo año, y señaló que hará todo lo posible para garantizar que su predecesor Donald Trump (2017-2021) no regrese a la Casa Blanca. Biden hizo estas declaraciones en una rueda de prensa tras las elecciones de medio mandato del martes, donde las proyecciones de los medios dan unos resultados muy ajustados para demócratas y republicanos en ambas cámaras del Congreso, con una ligera ventaja para los conservadores. El mandatario indicó que pretende volver a presentarse de nuevo: "Esa ha sido nuestra intención independientemente del resultado de estas elecciones" de medio mandato, apuntó.

No obstante, acto seguido matizó que no deja de ser "una decisión familiar" y que no tiene prisa por anunciarla, independientemente de cuando Trump lo haga. "Espero tener algo de tiempo para escabullirme durante una semana en torno a las Navidades o Acción de Gracias. Intuyo que a comienzos del próximo año tomaré esa decisión", remarcó el mandatario demócrata. En todo caso, Biden indicó que, si Trump se postula de nuevo a la Presidencia, se asegurará, ejerciendo los esfuerzos que garantiza la Constitución, que no regresa a la Casa Blanca.

El lunes, en la víspera de los comicios de medio mandato, Trump adelantó que el próximo 15 de noviembre llevará a cabo "un gran anuncio" desde su residencia de Mar-a-Lago en Florida, en una referencia velada a su candidatura para las elecciones presidenciales de 2024. Aunque se había especulado durante todo ese día con la posibilidad de que anunciara su candidatura, Trump emplazó a esa fecha para hacer un anuncio, pero sí dejó muestras de sus intenciones: "En 2024 vamos a recuperar nuestra magnífica Casa Blanca", proclamó en un acto de campaña en Ohio. 

Biden presume de evitar la "ola roja"

Biden presumió este miércoles de que, al contrario de lo que predecían algunas encuestas y analistas, no se produjo una "ola roja" del Partido Republicano, pero dijo que entiende la frustración que han expresado en las urnas parte de los votantes. "Creo que fue un buen día para la democracia y creo que fue un buen día para EE.UU.", empezó diciendo Biden tras las elecciones del martes, donde las proyecciones de los medios dan unos resultados muy ajustados para demócratas y republicanos en ambas cámaras del Congreso, con ligera ventaja para los conservadores.

En una rueda de prensa en la Casa Blanca, Biden reivindicó el optimismo que había mostrado durante toda la campaña y aseguró que los demócratas tuvieron una actuación "fuerte" al lograr mantener algunos de los escaños más disputados y mitigar una "ola roja", el color asociado con el Partido Republicano en Estados Unidos. Con el escrutinio ya bastante avanzado, aún no se sabe qué formación controlará la Cámara Baja y el Senado, ahora en manos demócratas. Sin embargo, ha quedado claro que no hubo una "ola roja" republicana, tal y como apuntaban varias encuestas y analistas que hablaban de la posibilidad de que los conservadores se impusieran por amplios márgenes a los demócratas, tanto en el Senado como especialmente en la Cámara de Representantes. 

Según los últimos datos, los republicanos se habrían asegurado 206 escaños en la Cámara de Representantes y los demócratas tendrían 182, ambos por debajo de la mayoría de 218 necesaria. En el Senado, el escenario está más abierto, puesto que ambos partidos se encuentran prácticamente empatados con 48 senadores para el Partido Demócrata y 49 para el Republicano. El escaño clave de Georgia en el Senado de los EE.UU. se decidirá finalmente en segunda vuelta, después de que ningún candidato haya alcanzado el 50% de los votos. Es un escaño clave porque el resultado de las elecciones de medio mandato en los estados de Georgia, Nevada y Arizona determinará si los demócratas conservan la mayoría del Senado o si los republicanos hacen suyo el control de la cámara. Con la tendencia actual, Nevada será roja republicana y Arizona será azul demócrata. Es por eso que la segunda vuelta de Georgia será decisiva.