La cúpula del islamista Partido Justicia y Desarrollo (PJD) ha presentado hoy la dimisión en pleno, después del porrazo electoral que sufrió ayer jueves en las elecciones legislativas de Marruecos. Los marroquíes propinaron un voto de castigo a los islamistas después de una década al frente del gobierno, y dieron la victoria a un partido centrista.

El líder del PJD y presidente de gobierno saliente, Saadedín Otmani, ha presentado la dimisión de la presidencia del partido, como también han tenido que hacer el resto de miembros de la ejecutiva. Y convocó una reunión extraordinaria el próximo 18 de septiembre para "evaluar las elecciones y tomar las decisiones adecuadas".

Con un 96% de votos escrutados, los islamistas han perdido el 90% de los escaños y han obtenido sólo 12 diputados de un total de 395 (en contraste con los 125 de la legislatura anterior). Han quedado desbancados por su socio de gobierno, la centrista Agrupación Nacional de Independientes (RNI, en sus siglas en francés), que ha conseguido 97 escaños.

Además de perder los feudos electorales, ni siquiera el mismo presidente del Gobierno saliente ha conseguido ganar escaño en Rabat, donde se había presentado. La derrota es absoluta.

En una declaración en la prensa leída por el vicesecretario del PJD, Slimane El Amrani, el partido ha calificado de "incomprensibles e ilógicos" los resultados porque consideran que no reflejan el verdadero mapa político de país y el peso del partido integrista en el escenario político. Pero a pesar de las denuncias de los islamistas, los analistas coinciden en que la derrota del PJD tiene que ver con un voto de castigo de los marroquíes por su mala gestión económica y social durante la pasada década y la pérdida de carisma del partido.

El profesor universitario de Derecho Constitucional Ahmed El Buz cree que los islamistas "son conscientes el castigo popular" que han sufrido, aunque no lo hayan reconocido de forma explícita desde el primer momento, y ha calificado la derrota de "colapso excepcional" de un partido grande. Buz cree que el principal factor del desastre del PJD es la incoherencia entre el discurso del partido y su acción. Como ejemplo, cita que mientras expresaba su apoyo a la causa palestina, no puso ningún impedimento a la normalización de las relaciones con Israel impulsada por el rey, Mohamed VI, y si bien prometía luchar contra la corrupción, no impulsó ninguna medida concreta en este sentido. Al mismo tiempo se decretaron una serie de medidas impopulares que afectaron a la clase media, la principal fuente de voto de los islamistas en Marruecos, como la subida de precio de los combustibles, según ha explicado Buz a la agencia Efe.

Los ganadores, los centristas

 

El RNI, gran vencedor de los comicios, ha celebrado los resultados, que su líder, el multimillonario Aziz Ajanuch, ha descrito como una "expresión clara de la voluntad para el cambio". Ajanuch ha agradecido a los marroquíes la confianza que han depositado en el partido y ha subrayado que su voluntad no es "combatir a ninguna corriente política", en alusión velada a los islamistas.

Después del partido centrista, ha quedado el Partido Autenticidad y Modernidad (PAM, liberal), con 82 escaños, y el partido nacionalista Istiqlal con 78 escaños. Se espera que el Ministerio del Interior anuncie en las próximas horas los resultados definitivos de estas legislativas, además de dar los resultados de las elecciones municipales y regionales, que previsiblemente confirmarán el porrazo de los islamistas marroquíes.

En la fotografía principal, el ganador de las elecciones marroquíes, Aziz Ajanuch