Humo tóxico, ríos contaminados, tierra estropeada, árboles reducidos en cenizas y reservas naturales llenas de cráteres. La guerra en Ucrania también tiene un coste ambiental, que podría catalogarse ahora como incalculable. En este sentido, se han juntado ahora científicos, abogados y burócratas para intentar que en este conflicto también se tenga en cuenta detalladamente cuáles son los delitos ambientales para que el agresor pueda reclamar compensaciones. Ahora, según constata el The Guardian, 47.000 millones de euros.

Así, el Ministerio de Medio Ambiente ha establecido una línea directa para que los ciudadanos denuncien casos de "ecocido" ruso, que hasta el momento suman 2.303. En la última instancia se ha notificado que Ucrania ha tenido que absorber y neutralizar el impacto de 320.104 artefactos explosivos, un tercio del país sigue siendo potencialmente peligroso y los escombros incluyen 230.000 toneladas de chatarra de 3.000 tanques rusos destruidos y otros equipos militares. Además, constatan también que 160 reservas naturales están bajo amenaza de destrucción y una gran cantidad de minas en el Mar Negro son un peligro para la flora y fauna marinas. De esta manera, unas 600 especies de animales y 880 especies de plantas están en peligro de extinción, un tercio de la tierra no está cultivada o disponible para la agricultura y hasta el 40% de la tierra que antes era cultivable ha dejado de serlo.

¿Cómo se analizan las muestras?

Según Oleksandr Stavniychuk, subjefe del departamento de metodología y control ambiental de Ucrania, las pérdidas son ahora de casi 47.000 millones de euros, pero podrían ir a más. Ahora bien, tal como señala también el mismo diario británico, este destrozo ambiental puede convertirse en una buena propaganda efectiva. En un momento de sensibilidad climática como el actual, el gobierno de Kyiv sabe que puede ganarse corazones poniendo énfasis en el hecho que es una democracia consciente del medio ambiente. Aparte de eso, también tiene como objetivo aprovechar la investigación científica y la tecnología de la información para dar un valor más alto a la naturaleza de lo que la mayoría de naciones ha dado hasta ahora.

Aunque la cifra de destrozos medioambientales podría subir, este seguramente es el recuento más alto y preciso que se ha hecho en tiempo de guerra con respecto a una superficie o país que experimenta combates y duras batallas.

El diario británico detalla que el proceso es simple, pero no siempre fácil. Por ejemplo, coger muestras de un cráter. Las personas que se dedican, bajan hasta el centro, algunos de más de 3 metros de profundidad y cogen muestras. Estas muestras, y en general, todas las muestras que recogen de diferentes lugares y zonas, se envían a un laboratorio donde se analizan en busca de productos químicos tóxicos, como el fósforo blanco. Eso es necesario para decidir como se puede rehabilitar la tierra y aconsejar o no en la población que se mantenga alejada.

Algunas áreas estaban carbonizadas, mientras que otros parecían paisajes de la Luna. Entre la destrucción ambiental más impactante hubo en las montañas sagradas, cerca de la ciudad de Svyatogorsk, en la región de Donetsk. Los investigadores destacan que los daños que han sufrido en este parque nacional son irreversibles y que nunca se recuperará.

Daños medioambientales

Personal independiente del gobierno y grupos conservacionistas se han movilizado y reorientado para recopilar evidencia. Ecoaction, la ONG medioambiental mayor de Ucrania, ha recopilado informes de más de 840 incidentes y ha colaborado con Greenpeace para trazarlos en un "mapa de daños medioambientales" interactivo. Usando imágenes por satélite, han medido y resaltado los mayores impactos físicos.

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Mapa de daños / Greenpeace

Entre ellos están los ataques a centros industriales como Odesa, Donetsk y Lviv, que liberaron nubes ondulantes de benzopireno, monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno y otras sustancias químicas tóxicas. La guerra también ha provocado grandes incendios forestales, particularmente en la provincia de Lugansk, donde se han carbonizado 17.000 hectáreas de bosque.

 

Imagen principal: soldados ucranianos entrenan con material alemán / Efe