Guerra abierta a la cuna de la democracia de Estados Unidos. El fiscal general de Washington D. C. y del Distrito de Columbia, Brian Schwalb, ha presentado este viernes una demanda contra el gobierno de Donald Trump por la militarización de la ciudad mediante el despliegue de la Guardia Nacional para combatir la criminalidad. El requerimiento impugna la orden del lunes del magnate republicano, así como la orden del jueves de la fiscal general Pam Bondi que reclama el control federal de la capital norteamericana por parte de la fuerza policial. El fiscal argumenta que las medidas superan los límites de solicitud de servicios al distrito, que estipulan que solo pueden realizarse de forma temporal en circunstancias de emergencia. Las autoridades demandantes consideren, pues, que la iniciativa del mandatario es ilegal. Asimismo, denuncian la revocación por parte de la Casa Blanca de las políticas que limitaban la cooperación de los policías locales con los agentes encargados de aplicar las leyes de inmigración nacionales, punto elemental para neutralizar la resistencia de las ciudades santuario —localidades que protegen a los inmigrantes indocumentados de posibles deportaciones— a las políticas de Trump.

Schwalb ha acusado a la administración Trump de haber ido mucho más allá de sus competencias legales al ordenar la intervención directa sobre el Departamento de Policía Metropolitana, una decisión que, según ha reiterado, solo puede adoptarse de forma temporal y en circunstancias muy concretas. En un mensaje difundido en la red social X, el fiscal general ha advertido que esta es “la amenaza más grave a la que nunca se ha enfrentado Washington D. C.” y ha incidido en su voluntad de recurrir a todos los instrumentos legales para frenarla. Schwalb ha subrayado, además, que la orden de Trump establece un precedente "extremadamente peligroso", ya que ningún otro presidente había utilizado nunca la Home Rule Act —la ley que otorga al Distrito de Columbia un amplio margen de autogobierno, aunque subordinado al Congreso— para asumir el control político y operativo de la policía local. A su juicio, la maniobra no solo erosiona la autonomía del distrito, sino que también abre la puerta a una injerencia federal sin precedentes en la gestión de la ciudad.

Semana agitada en la capital

Este lunes, Trump anunció el envío de cientos de miembros de la Guardia Nacional a Washington con el fin de asumir, de forma temporal, el control del departamento de policía local. El objetivo declarado era responder a la que calificó de "emergencia criminal" en la capital, aunque los datos oficiales reflejan que la delincuencia violenta se encuentra en el nivel más bajo de los últimos treinta años. En solo dos días, el número de efectivos desplegados ascendía ya a 800, y el jueves por la noche empezaron a desmantelar los campamentos de personas sin techo. Estas actuaciones se produjeron después de que varias ONG y colectivos sociales alertaran a los acampados de que, si no retiraban voluntariamente sus tiendas, se exponían a ser detenidos.