Los diputados británicos ignoran las encuestas y evitan que Escocia recupere los poderes para decidir por sí sola su futuro. Los unionistas han bloqueado una moción parlamentaria presentada por el Partido Nacional Escocés (SNP) para recuperar los poderes constitucionales y poder convocar un referéndum desde su propio parlamento, en Holyrood. La Constitución no-escrita del Reino Unido es lo bastante flexible para que eso se haga con una votación y una mayoría simple, pero no había muchas esperanzas que la propuesta saliera adelante, porque el Partido Conservador tiene mayoría absoluta en la Cámara de los Comunes. Con todo, el nuevo líder del SNP en Westminster, Stephen Flynn, después de que su predecesor, Ian Blackford, diera un paso atrás para dar voz a una nueva generación, tenía la intención de agotar todas las vías legales para conseguir el segundo referéndum de autodeterminación.

El nuevo líder del SNP en Westminster, Stephen Flynn

Los unionistas bloquean la transferencia de poderes

El plan del SNP era presentar un proyecto de ley de enmienda que modificara el tratado de devolución escocés (Scotland Act 1998) y así poder alterar las decisiones que Holyrood puede tomar. Es decir, querían recuperar el poder legislativo para convocar un referéndum de autodeterminación sin el aval de Londres, tal como fijó el Tribunal Supremo en una decisión reciente. El resultado de la votación, como ya era previsible, fue de 42 diputados a favor y 265 en contra. En reacción a este intento por parte del SNP, son cada vez más los independentistas que exigen un camino concreto y real hacia la independencia, aunque se hayan agotado las vías 'legales' para hacerlo. En este sentido, muchos fueron críticos en las redes sociales con el partido, con el argumento que ya sabían a buen seguro que la moción fracasaría y que no valía la pena intentar ejercer el derecho a decidir si para hacerlo necesitan el permiso de los británicos, que nunca estarían de acuerdo.

Las opciones del gobierno escocés para conseguir el segundo referéndum

El bloqueo del Supremo al segundo referéndum sin pactar obliga al independentismo escocés a replantearse la mejor estrategia para seguir adelante. De momento, el gobierno de Nicola Sturgeon apuesta por convertir las próximas elecciones generales en un referéndum de facto, mientras otros lo animan a disolver el parlamento de Holyrood y hacer unas plebiscitarias. Muchos han cuestionado este plan, porque consideran que, de una manera u otra, Escocia seguiría dependiendo del aval de Londres para autodeterminarse. Por su parte, los expertos en Derecho Constitucional, como el profesor Nick McKerrell, entrevistado por este diario, creen que la 'vía legal' hacia la independencia se extinguió con el veredicto del Supremo y les fuerza a llegar a un acuerdo con el gobierno central.