El jueves 26 por la tarde, el Estado Islámico atentó en el aeropuerto de Kabul, centro de las operaciones de evacuación de los afganos que huyen del terror de los talibanes. Se trata del primer ataque de este tipo desde que estos últimos tomaron la capital de Afganistán el pasado domingo 15 de agosto, después de la retirada de las tropas norteamericanas del país.

Según las últimas cifras oficiales, ya hay 170 víctimas mortales y más de 200 personas han resultado heridas a causa de la masacre provocada por el grupo yihadista. Entre los muertos, el ejército de los Estados Unidos ha anunciado que hay 13 militares del país, aunque no se puede determinar si estos forman parte del recuento. Aparte, también hay 18 soldados heridos.

Atentado inminente

El gobierno británico y el estadounidense ya alertaban el jueves por la mañana, horas antes de las explosiones, de que un atentado terrorista "altamente letal" podría tener lugar en el aeropuerto de Kabul de manera inminente. Ante este aviso y por el deterioro de la seguridad en el aeropuerto, numerosos estados europeos anunciaron ya el jueves por la mañana sus últimas operaciones. El Gobierno efectuó el último vuelo de repatriación el viernes por la mañana, tras evacuar casi a 2.000 personas.

El atentado tuvo lugar a media tarde, y rápidamente se divulgaron en las redes imágenes de cuerpos llenos de sangre y mutilados en un canal de agua, en la periferia de las pistas. Allí hacía días que se amontonaban los civiles, desesperados, que intentaban que las fuerzas de seguridad los dejaran entrar al aeropuerto.

Reivindicación del Estado Islámico

Un par de horas más tarde, la rama afgana del grupo yihadista Estado Islámico reivindicó el ataque, pero solo haciendo referencia a una de las dos explosiones. Según dijeron, el ataque fue perpetrado por uno de sus combatientes, que había conseguido entrar dentro del perímetro del aeropuerto pasando inadvertido por las fuerzas de seguridad norteamericanas y por la milicia situada en los alrededores de la ciudad. En este sentido, el principal portavoz de los talibanes, Zabihulla Mujahid ha condenado "enérgicamente" el ataque a los civiles, recordando que tuvo lugar en un espacio en que los Estados Unidos son responsables de la seguridad.

Los Estados Unidos, hasta el 31


Después de los atentados, Biden se dirigió a los autores del atentado, a quienes aseguró que "los perseguirían" y les harían pagar por|para el dolor provocado. El presidente norteamericano, en un mensaje televisado y visiblemente afectado, aprovechó la oportunidad para recordar a los 13 soldados del país que habían muerto a causa de la explosión mientras trabajaban en las tareas de evacuación y les definió como unos auténticos "héroes".

A pesar de la ofensiva yihadista, el general Kenneth McKenzie, jefe del Mando Central de los Estados Unidos, anunció que esta no había alterado sus planes y continuaran con la evacuación, que culminará el martes 31 de agosto.

Imagen principal, una mujer llora por la muerte de un familiar en el hospital de Kabul. / Foto: Stringer / Efe / EPA.