Este viernes se celebrará el sorteo del Mundial 2026, que se disputará este verano, del 11 de junio al 19 de julio, y que por primera vez contará con tres países anfitriones, Canadá, México y los Estados Unidos. El mundo del deporte estará muy atento a lo que pase en el Kennedy Center de Washington D. C. a partir de las 18:00 h (hora peninsular, 12:00 pm hora local de la capital de EE. UU.), pero la ceremonia también estará marcada por otro acontecimiento más político que rompe la tradición de neutralidad de la FIFA, que ha creado un nuevo premio de la Paz, alternativo al Premio Nobel, a la medida de Donald Trump, que estará presente en el acto, junto con la presidenta de los otros países que acogerán el Mundial, la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum, y el primer ministro de Canadá, Mark Carney. El nuevo premio anual creado por la FIFA, llamado FIFA Peace Prize – Football Unites the World (Premio FIFA de la Paz - El Fútbol Une el Mundo), será entregado por el presidente del organismo, Gianni Infantino, que ha forjado una estrecha alianza con Trump, y que, según diversos medios, ha creado este premio para compensar al presidente estadounidense de no haber conseguido el Premio Nobel de la Paz el pasado octubre, que fue concedido a la opositora venezolana María Corina Machado.
Aunque la FIFA ha mantenido el hermetismo sobre quién recibirá este primer Premio FIFA de la Paz, nadie duda que será para Trump, a quien Infantino apoyó públicamente la candidatura del presidente estadounidense al Nobel, destacando sus esfuerzos en el alto el fuego entre Israel y Gaza, y afirmando que “sin el presidente Trump, no habría paz”. Un día antes del anuncio oficial del Nobel, Infantino publicó en Instagram que Trump “sin duda” merecía el galardón por su papel en procesos de paz en Oriente Medio. Los sectores más críticos consideran que no es una casualidad que la FIFA haya creado su propio premio de la Paz este año, y lo entregue en Washington, a poco más de un kilómetro de la Casa Blanca.
La justificación de Infantino
El premio fue anunciado oficialmente el pasado 4 de noviembre, y en un comunicado, el organismo explicó que “quiere reconocer la labor de aquellas personas que hayan protagonizado acciones excepcionales y extraordinarias” a favor de la paz con las que “hayan unido a la gente en todo el mundo”. Infantino justificó su creación, destacando que “el fútbol representa la paz” y que busca honrar esfuerzos para unir a la gente en un mundo dividido, sin consultar previamente al Consejo de la FIFA ni definir criterios claros de selección. Incluso, al ser consultado sobre el premio, en medio de informes que indican que el Consejo de la FIFA no estaba al corriente, un alto funcionario del organismo rector declaró a BBC Sport: “Por qué no puede ser más importante que el premio Nobel de la Paz? El fútbol cuenta con un apoyo mundial enorme, por lo cual es justo que reconozca los esfuerzos extraordinarios para conseguir la paz cada año”
Los críticos cuestionan la neutralidad política de la FIFA, su timing después del Nobel y la decisión de trasladar el evento a Washington para alinearse con Trump, incluyendo invitados a la ceremonia de esta noche como Wayne Gretzky, Tom Brady y Village People, el grupo de los setenta que ha sido contratado para tocar YMCA, una de las canciones preferidas de Trump que se escucha con frecuencia en sus mítines de campaña. Los grupos de derechos humanos más críticos consideran una incongruencia que la FIFA haya creado este premio para concederlo a Trump cuando se le reprocha su falta de acción contra Israel en Gaza. Estos gestos, dicen, amenazan el compromiso de la FIFA con la neutralidad política, consagrado en sus estatutos, e imponen el riesgo de que el sorteo, y el mismo torneo, se conviertan en herramientas de propaganda.
Una relación muy criticada
Los detractores consideran que Infantino y Trump tienen una relación demasiado estrecha, lo que envía el mensaje de que el organismo rector del fútbol mundial se está alineando con el movimiento Make America Great Again (MAGA), y que apoya a un movimiento que muchos ven como una administración que fomenta la división. El grupo de defensa FairSquare, en declaraciones a la CNN, considera que la introducción del premio “es solo el ejemplo más reciente de una grave mala gobernanza en la FIFA y una prueba más de que la organización necesita una reforma urgente”. El director de FairSquare, Nick McGeehan, añadió: “La decisión de Gianni Infantino de vincular la FIFA con el proyecto MAGA de Trump podría tener sentido comercial a corto plazo para la FIFA, pero obviamente es muy perjudicial para la integridad y la reputación del deporte”. También se pronunció la directora de iniciativas globales de Human Rights Watch (HRW), Minky Worden, quien afirmó que su organización se había puesto en contacto con la FIFA para comprender mejor el proceso de decisión del premio. “No tenemos una respuesta sobre esto; lo que se podría inferir es que no hay proceso, no hay otros nominados, no hubo evaluación”, declaró.
Amigos y cómplices más allá del deporte
Trump e Infantino se han hecho muy amigos y cómplices desde 2017, fortalecida por intereses mutuos en el Mundial 2026 (coorganizado por EE. UU.) y eventos de la FIFA como el Mundial de Clubes del pasado verano, y el presidente de la FIFA definió a Trump como “un amigo cercano”, forjando una relación muy especial. Infantino explicó que su amistad comenzó cuando vio una portería de fútbol fuera de una ventana durante su primera visita a la Casa Blanca, en 2028, durante el primer mandato de Trump. Hicieron vínculos cuando Trump le dijo que a su hijo pequeño, Barron, le encanta este deporte. “Me explicó que a su hijo le encantaba el fútbol. Y, por supuesto, cuando eres padre, amas lo que tus hijos aman. Así que creo que a él le encanta (el fútbol)”, dijo Infantino durante una rueda de prensa en la Trump Tower -donde la FIFA creó una oficina- antes de la final de la Copa del Mundo de Clubes. Trump apareció en la final del Mundial, donde optó por permanecer en el podio, mientras el Chelsea celebraba la victoria, disfrutando claramente de ser el centro de atención después de entregarles el trofeo.
El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, intentando que Trump abandone el escenario mientras el Chelsea levantaba su trofeo de la Copa Mundial de Clubes.
— Blue Georgia (@BlueATLGeorgia) 14 de julio de 2025
Qué vergüenza. pic.twitter.com/GfaYpLyKhE
Infantino ha visitado en diversas ocasiones la Casa Blanca y ha obsequiado a Trump con varios regalos simbólicos del fútbol, como una tarjeta roja gigante de árbitro para “expulsar a alguien”, con la que Trump bromeó ante los medios. También durante la confirmación del Mundial de 2026 le entregó un balón de fútbol y una camiseta con su nombre, y este año Infantino le regaló una réplica dorada de 24 quilates (Tiffany & Co.) y el trofeo original, que Trump pidió conservar en el Despacho Oval a pesar de las controversias internas en la FIFA.
"FIFA"
— Un poco de tendencias (@unpocotendencia) August 22, 2025
Porque confirmaron que el sorteo del Mundial será el 5 de diciembre en Washington e Infantino le dio la Copa del Mundo a Trump mencionando a Messi pic.twitter.com/8dRI6lTRn3
Esta relación también ha dado pie a escenas muy sorprendentes, nunca vistas hasta ahora entre los cargos que ejercen. El presidente estadounidense y dirigente suizo de origen italiano también han aparecido juntos en eventos fuera del ámbito deportivo, como en el Foro Económico de Davos, en la firma en Washington de los Acuerdos de Abraham (un pacto entre Israel y algunos países árabes de Oriente Medio en 2020), e incluso como invitado a la segunda investidura de Trump en enero. También sorprendió la presencia del presidente de la FIFA en la ceremonia de la paz en Egipto, el pasado octubre, donde Infantino, el único líder deportivo presente, justificó que el fútbol podría contribuir a los esfuerzos de paz y alabó a Trump como “uno de los grandes hombres del deporte”, vinculando su liderazgo a avances para la paz regional”.