Semanas convulsas para Donald Trump. Mientras el caos se desata en las calles de Los Ángeles, el presidente de Estados Unidos, que ha desplegado a la Guardia Nacional y los Marines, ha asistido al musical de Los Miserables. El recibimiento no ha sido como Trump deseaba, ya que al llegar, acompañado de su mujer Melania, ha sido abucheado por el público asistente. "¡Viva Los Ángeles!", se ha oído gritar en medio del patio de butacas, mientras que otros gritaban "¡Estados Unidos, Estados Unidos!", para tratar de contestar. En vídeos compartidos en las redes sociales se puede ver a Trump en medio del palco del histórico Kennedy Center, levantando el puño en su posición clásica, mientras una parte del público lo abucheaba.

Trump y su mujer iban a ver el clásico de Victor Hugo y antes de entrar al teatro fue preguntado sobre las informaciones que indicaban que parte del elenco titular del musical ha evitado actuar este miércoles a consecuencia de su presencia. "No podría importarme menos. Lo único que hago es gestionar bien este país", ha contestado, y ha aprovechado para recordar que ha conseguido recaudar 10 millones de dólares para el Centro Kennedy en un acontecimiento benéfico vinculado a la presentación. Desde la llegada de Trump a la Casa Blanca, tomó el control del Kennedy Center, ya que "no le gustaba lo que se programaba", despidió al director, después a su presidente y aseguró que reformaría el Kennedy Center porque era demasiado "liberal".

Trump y el Centro Kennedy

Trump apareció enfundado en un esmoquin negro y en declaraciones ante los medios ha asegurado que la cuestión no solo era por la cultura del teatro, sino también de dinero. "Lo haremos increíble. Contamos con todos los fondos. Recaudamos mucho esta noche e invertiremos mucho dinero para que vuelva al máximo nivel", ha asegurado. En paralelo, el nuevo presidente del Centro Kennedy y amigo de Trump, Rico Grenell, ha afirmado que "hemos recaudado un poco más de 10 millones de dólares para esta noche, que es bastante notable, y es una organización que necesita el dinero ahora mismo".

A los asistentes a la actuación benéfica de esta noche se les pedía por entrada una cantidad que iba desde un mínimo de 100.000 dólares hasta los 2 millones. Con esta 'donación' tenían derecho a asistir a una recepción antes del inicio de la obra y además se podían hacer una foto con Trump y disfrutar de unas buenas butacas en el teatro. Entre los asistentes también había agentes secretos y que revisaron que todas las armas que se utilizan en el espectáculo fueran realmente de atrezzo. El motivo principal de la recaudación de fondos era intentar frenar la caída de las ventas de entradas y los abonos que se produjeron con la llegada de Trump.