En una rara muestra de intimidad ante las cámaras, el presidente ruso, Vladímir Putin, ha abierto las puertas de su apartamento privado en el Kremlin. La visita, grabada como parte de un documental que conmemora sus 25 años en el poder, ofrece una mirada calculada al universo personal del líder ruso, y revela también un pensamiento que, según dice, le ronda constantemente: quién lo sucederá.

El periodista Pavel Zarubin, próximo al Kremlin, ha sido el guía y testigo de este recorrido exclusivo. Las imágenes muestran estancias decoradas con luces de araña, muebles lujosos y detalles dorados. Entre las joyas del apartamento, Putin destaca su propia capilla y lo que llama "la parte más importante": un gimnasio privado. Asegura que dedica una hora y media diaria para mantenerse en forma a sus 72 años.

Putin compartiendo un kéfir con el entrevistador

Putin busca proyectar una imagen de modestia y humanidad

En un intento aparente de proyectar una imagen más modesta y humana, el presidente mostró también una cocina sencilla. A continuación, él y Zarubin se sentaron en una de las salas más suntuosas para compartir un vaso de kéfir, la bebida láctica fermentada típica de la región. Putin reconoce que trabaja a menudo desde su apartamento, especialmente en los últimos meses. Y ante la pregunta inevitable sobre el futuro, ha admitido que piensa a menudo en la sucesión: "Pienso en ello constantemente", detalla con calma. Según The Times, Putin expresó su deseo de que en el futuro emerjan varios candidatos, para que "el pueblo tenga donde escoger". No obstante, ha advertido ya de entrada que nadie podrá hacer "nada serio" si no cuenta con "la confianza absoluta de la nación".

Sin oposición política

Estas declaraciones llegan después de décadas en las que Putin ha desmantelado sistemáticamente las instituciones democráticas de Rusia. Con las voces disidentes silenciadas por medio de la represión, el exilio o, en muchos casos, la eliminación física, las elecciones rusas hace tiempo que no son consideradas ni libres ni justas. En 2024, Putin logró un nuevo mandato en un proceso electoral altamente controlado, que le permitirá seguir en el poder hasta, como mínimo, el año 2030.

En un momento más informal, Zarubin le pregunta si alguna vez había sentido el deseo de pegar a alguien, teniendo en cuenta su carácter aparentemente frío y calculador. "Siempre", respondió el presidente. "Convive conmigo, pero intento controlarlo".

Putin, en su piso, con un retrato del emperador Alejandro III

Putin también hizo referencia a la guerra de Ucrania —a la que él sigue denominando "operación militar especial"— y a la posibilidad de usar armas nucleares. "No ha habido necesidad de hacerlo... y espero que no haga falta", decía. "Tenemos fuerza y medios suficientes para llevar a cabo lo que se empezó en 2022 y llegar al final que Rusia necesita".

Mientras tanto, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha insistido reiteradamente en la necesidad de una pausa humanitaria de treinta días, pero hasta la fecha no se ha logrado ningún alto el fuego significativo.

En una curiosa nota final, las cámaras captaron un retrato del emperador Alejandro III en el piso de Putin. Conocido como "El Pacificador", Rusia evitó guerras durante su reinado en el siglo XIX, aunque también se caracterizó por reforzar la censura y revertir reformas liberales —una figura quizás más simbólica de lo que parece a primera vista—.