Nueva crisis en la Unión Europea. Mauro Ferrari, director del Consejo Europeo de Investigación (ERC, por sus siglas en inglés), ha presentado su dimisión a la presidenta de la Comisión Europea Ursula Von der Leyen, "extremadamente" decepcionado con la respuesta europea ante el coronavirus. “Llegué al ERC como un ferviente defensor de la Unión Europea; la crisis de la Covid-19 ha cambiado por completo mi punto de vista”, ha señalado Ferrari en un comunicado enviado al Financial Times.
Ferrari dirigía desde este enero el Consejo Europeo de Investigación, pero rápidamente, en marzo, comenzaron los choques con la Comisión Europea y con el Consejo Científico que controla la institución a causa de la respuesta ante la pandemia. “Perdónenme, pero creo que la prioridad ahora es detener la pandemia”, empieza su comunicado.
Falta de coordinación
El ya exdirector del ERC critica en su nota la “ausencia total de coordinación de las políticas de salud entre los Estados miembros, la oposición recurrente a las iniciativas de apoyo a la financiación cohesionadas, y los cierres fronterizos unilaterales”.
Ferrari pedía poner en marcha un programa con financiación extra para coordinar una investigación europea. “Creía que en un momento como este, los mejores científicos en el mundo debían tener los recursos y las oportunidades para luchar contra la pandemia, nuevas herramientas de diagnóstico, nuevos enfoques dinámicos de comportamiento basados en la ciencia que reemplazaran las a menudo improvisadas intuiciones de los líderes políticos”, señala en su comunicado. Estas propuestas fueron rechazadas por el Consejo Científico.
“Creía que estaba justificado por la carga mortal, el sufrimiento, la transformación social y la devastación económica, especialmente para los más débiles en las sociedades del mundo”, señala Ferrari.
Contra la Comisión
El rechazo del Consejo Científico, explica, dañaba su presidencia. Así relata como trabajó directamente con la presidenta de la Comissión Europea, Ursula Von der Leyen, pero que el plan de actuación se desintegró cuando cayó en la maquinaria interna de la Comisión Europea. Ferrari apunta que el hecho de que tratara directamente con la alemana creó “una tormenta política interna”.