El gobierno chino de Xi Jinping, junto con la policía de Hong Kong, ha protagonizado la detención de líderes demócratas de la oposición más masiva que se recuerda hasta ahora. En concreto, 53 activistas disidentes y críticos con el régimen han sido sorprendidos de buena mañana en una operación que ha contado con un millar de cuerpos de seguridad del régimen y han entrado en 72 locales y hogares de estos líderes.

Estos llevan meses criticando la nueva ley de seguridad impuesta que pretende anular la disidencia en la antigua colonia británica y hoy se ha podido comprobar. El momento de las detenciones ha sido captado y difundido por buena parte de los medios gratuitos que se han organizado a favor de la libertad de expresión del movimiento.

"El Partido Comunista Chino ha dado la vuelta en Hong Kong", dijo Chris Patten, el último gobernador británico de Hong Kong y ha añadido: "Las democracias liberales de todo el mundo tienen que seguir manifestándose contra la brutal destrucción de una sociedad libre".

Entre los arrestados se incluyen destacados activistas prodemocracia, antiguos legisladores de la oposición, trabajadores sociales o académicos. Previamente, la policía también visitó las redacciones de los medios de comunicación pro-democracia Apple Daily, InMedia y StandNews con órdenes de búsqueda exigiendo documentos relacionados con candidatos que se presentaron a las elecciones primarias democráticas del pasado mes de julio.

Piden ayuda internacional

Patten hace un llamamiento a Occidente para que sea más duro con China y lamenta que la Unión Europea, desde su Comisión, sólo busca los intereses comerciales con Pekín. Por todo ello, piden revisar lo que consideran que es "la dictadura del Partido Comunista Chino".

También un numeroso grupo de legisladores chinos, reunidos en la asociación Inter-Parliamentary Alliance on China, exige a las Naciones Unidas que actúen con sanciones económicas contra el gobierno de Xi Jinping. Ninguna autoridad mencionada se ha pronunciado todavía.

Por su parte, el secretario de seguridad de Hong Kong, John Lee, asegura que los arrestados habían planeado causar "graves daños" a la sociedad y que las autoridades no tolerarían los actos subversivos. Aunque no ha especificado qué daños ni ha aportado más datos.

Las autoridades tildan a los demócratas de orquestar "un delito de derribo o interferencia seria para destruir la ejecución legal de las obligaciones del gobierno de Hong Kong".

Un año de protestas

China tiene la voluntad de aplastar el movimiento democrático de Hong Kong después de que enormes y violentas protestas sacudieran el centro financiero el año pasado, defendiendo la libertad y autonomía que se había prometido que la ciudad mantendría después de que el gobierno colonial británico acabara en 1997.

Precisamente, durante estas protestas, se ha tenido más de un recuerdo para los presos independentistas catalanes, con quienes se ha guardado un paralelismo por la represión que viven.