¿El confinamiento para frenar la propagación del coronavirus ha cambiado la manera como nos desplazamos? ¿Tenemos más miedo al hacerlo? ¿Habrá que implementar nuevas medidas a la hora de coger el tren, el autobús o el metro? Algunas de estas respuestas las podría dar Italia, que este lunes empezó su plan de desconfinamiento. El gobierno italiano explicó en su propuesta que a partir del día 4 de mayo ya se podrían visitar familiares, y la apertura de parques y jardines públicos. Las reuniones sociales, sin embargo, tendrán que esperar.

Ahora bien, se calcula que unos 2,7 millones de italianos han vuelto al trabajo este lunes y eso comporta, pues, un aumento de viajes en transporte público, espacios donde se puede llegar a concentrar mucha gente. Precisamente por este motivo, España decretó también la obligatoriedad de llevar mascarillas.

El ministro de Transportes de Italia ha explicado que una posible solución para aumentar las medidas de contención serán los billetes electrónicos. Así, según recoge la edición italiana del Huffington Post, ya se ha comunicado que el metro y los autobuses serán desinfectados con frecuencia y que es muy posible que cambie la manera como hasta ahora se subía y bajaba de los vehículos. Otra medida clave será la distribución de los usuarios con el fin de evitar, por ejemplo, las aglomeraciones en los andenes en horas punta.

Así, algunas de estas medidas ya se habrían probado. Durante tres horas, se permitió el acceso a 30 pasajeros a cada estación cada tres minutos en las dos líneas de metro de Roma, limitando la capacidad a las 150 personas, explica el digital. Además, también se indicó la medida justa para preservar la distancia de seguridad a los andenes. Pero estas no son las únicas medidas que se pretenden instaurar. En algunas otras ciudades tienen intención de empezar a implantar el uso de la bicicleta o ampliar calles de las ciudades para fomentar desplazamientos a pie. Estas dos iniciativas también se han tenido en Barcelona.

De hecho, el Ayuntamiento de Barcelona ha explicado esta semana la intención de ampliar aceras y carriles bici para minimizar los contagios. La prioridad, según ha detallado el consistorio, es la misma que tienen en Italia y otros países: evitar aglomeraciones en horas punta. De esta manera, el aumento de carriles bici en la capital catalana se concentrará, básicamente, en el Eixample y con respecto a la movilidad de los peatones, se ganarán hasta 30.000 metros cuadrados, con el cierre de los tramos laterales de Gran Vía y la Diagonal.