La valoración del presidente de EE.UU., el demócrata Joe Biden, está cayendo en su país después de la crisis de Afganistán, y la precipitada retirada de las tropas norteamericanas, con la consiguiente conquista del país por parte de los talibanes. El sondeo también coincide con la muerte de cerca de una veintena de soldados americanos en Kabul, en un atentado del Daesh.

Según el portal RealClearPolitics, uno de los especializados en publicar encuestas, la valoración de Biden ha ido tendiendo a la baja, en una tendencia que se ha acelerado a finales de agosto y principios de septiembre. Actualmente el 49,2% de americanos lo desaprueba, mientras que el 45,8% lo aprueba. Los datos contrastan con principios de junio, cuando la aprobación era del 53,6%, mientras que los que lo desaprobaban se situaban sólo en el 42,3%.

Encuesta Biden Realclearpolitics

En una comparecencia en la Casa Blanca, Joe Biden argumentó el 16 de agosto su decisión de retirar las tropas norteamericanas de Afganistán. Después de que el país cayó en manos de los talibanes, Biden defendió que "después de 20 años, he aprendido de la manera más dura que nunca habría un buen momento para retirar las tropas norteamericanas", pero que "no tiene sentido" que sus militares entreguen una guerra "que las mismas fuerzas afganas no estaban dispuestas a luchar".

"Más rápido de lo que se esperaba"

 

Biden admitió en su discurso que el triunfo de los talibanes se ha producido "más rápido" de lo que se esperaba. Paralelamente, quiso subrayar que "los líderes políticos de Afganistán se han rendido y sus fuerzas militares han colapsado". Ante este escenario, se preguntó: "¿Cuántas generaciones más de americanos tienen que luchar en la guerra de Afganistán? Cuántas vidas más tenemos que perder?". Biden reconoció que será "criticado" por haber adoptado la decisión de retirar la presencia militar permanente de Estados Unidos, pero considera que es lo que había que hacer. "Tengo claro que no repetiré errores que hemos cometido en el pasado", indicó el presidente norteamericano.

Paralelamente, Biden sacó pecho de "la misión norteamericana" en Afganistán. "Fuimos para conseguir que dejara de ser una base de Al Qaeda", un objetivo que, según el máximo mandatario de los Estados Unidos, tenía su país. En cambio, negó que "la misión en Afganistán fuera crear una democracia unificada y centralizada", lo que no se ha conseguido aunque sí se permitió que las niñas acudieran a la escuela.

China y Rusia

 

La salida de EE.UU. ha cambiado la geopolítica de la zona, con una mayor influencia de China y de Rusia. Los talibanes mantienen especialmente buenas relaciones con China. El portavoz de la organización insurgente talibana, Suhail Shaheen, definió en junio a la República Popular China como un país amigo, de quién esperan que colabore en la reconstrucción de Afganistán. Incluso se comprometen a garantizar que los inversores, y los trabajadores chinos no correrán ningún riesgo en el territorio controlado por ellos. Durante la entrevista también le preguntaban por el ETIM, el grupo terrorista fundado por yihadistas uigures en el oeste de China. Y su respuesta fue clara y contundente: no permitirán que desde Afganistán se ponga en riesgo la seguridad nacional de la República Popular.

Biden empezó el mandato con un amplio apoyo popular, después de la etapa del republicano Donald Trump.