Los líderes de la UE aceptaron hoy con tristeza que el Brexit es irreversible en una cumbre "tranquila y comedida", pero en la que no faltaron las acusaciones mutuas de responsabilidad por la decisión del pueblo británico ni la presión para que Londres active el proceso de divorcio cuanto antes.

El primer ministro británico, David Cameron, reconoció tras participar en su último Consejo Europeo que le hubiera gustado que el resultado del referéndum fuera otro, pero dijo no arrepentirse de haber convocado la consulta que separará al Reino Unido de la UE tras 43 años de pertenencia.

Aseguró que sus socios comunitarios mostraron "respeto" por la decisión británica, pero también "pesar y tristeza" en una reunión en la que algunos estados miembros del Este reconocieron a Cameron el apoyo británico en momentos clave de su historia, como en la lucha contra el comunismo.

Durante la cena, Cameron dijo a los demás mandatarios europeos que el resultado del referéndum ha tenido que ver con el hecho de que la UE no haya sabido responder a las preocupaciones sobre la inmigración interna, el acceso al mercado interior y la libre circulación de trabajadores europeos.

Reproches mutuos

Mientras Cameron acusaba a Europa del Brexit por sus política de inmigración, los presidentes de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, y del Consejo Europeo, Donald Tusk, negaron que esa haya sido la principal razón y apuntaron a la campaña contra la UE en el Reino Unido. "Si durante años, incluso décadas, les dices a tus votantes, a tus ciudadanos, que algo va mal con la UE, que es demasiado burocrática y tecnocrática, no te puede sorprender luego si los votantes te creen", dijo Juncker.

En cuanto al pacto de asociación futuro con la UE, Cameron deseó que la relación que se entable a partir del divorcio sea lo "más próxima posible" en cuestiones como comercio, cooperación y seguridad, y aseguró que pese a que el país abandone el club comunitario "no debe dar la espalda a Europa" porque se trata de países "vecinos", "amigos" y "aliados".

La canciller alemana, Angela Merkel, por su parte, incidió en la irreversibilidad de la decisión del Reino Unido de salir de la UE, y señaló que no es el momento de hacerse ilusiones, sino de asumir la realidad. "No veo ninguna manera de revertir esto", admitió. Merkel quiso también sacar pecho, poniéndose al frente de la situación europea, y aseguró que Londres tiene que aceptar que no hay libre comercio sin libertad de circulación de personas. "Tiene que haber alguna diferencia entre estar fuera y dentro de la UE", aseguro la canciller.

Por su parte, el presidente de Francia, François Hollande, coincidió en que no se imagina a ningún Gobierno británico, sea cual sea, no respetando una decisión democrática de su pueblo, pese a que "durante un tiempo va a sufrir las consecuencias". "No hay que castigar al Reino Unido", incidió, pero remarcó la necesidad de evitar que Europa "se vea afectada", por lo que pidió "unidad", "claridad" e "ir rápido" en el proceso de negociación para responder "a las prioridades de los europeos".