Los tiroteos masivos en los Estados Unidos siguen protagonizando portadas por todo el mundo. En poco más de dos semanas, tres tiroteos masivos han sacudido el país. Desde el asalto de un supremacista blanco a Buffalo, en el Hospital universitario de Oklahoma, pasando por la escuela de primaria de Texas, la violencia derivada de la tenencia libre de armas no abandona el debate público. Tanto es así que el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, ha pedido en un discurso en la nación que se prohíban las armas de asalto y los cargadores de alta capacidad. "Necesitamos prohibir las armas de asalto y los cargadores de alta capacidad", ha afirmado el presidente estadounidense.

Aunque las palabras de Biden pueden parecer contundentes, justo después de pedir la prohibición de este tipo de armas ha abierto la puerta a una medida menos restrictiva: "Y si no podemos prohibir las armas de asalto, tendríamos que aumentar la edad para comprarlas de 18 a 21 años". Esta segunda medida, que el presidente ha señalado en su discurso, es mucho más conveniente para el lobby armamentístico, ya que se seguirían vendiendo armas de asalto a la mayoría de la población. Sin embargo, en la práctica no supondría un gran aumento de la seguridad, porque, sin ir más lejos, el asaltante de Oklahoma estaba al rededor de los 40 años.

"Ya es suficiente", pero sin contundencia

En un discurso de cerca de 20 minutos en que ha repetido una vez y otra: "Es suficiente". Grandes proclamas han protagonizado el discurso de Biden. ¿Cuántas carnicerías más estamos dispuestos a aceptar? ¿Cuántas vidas más de norteamericanos inocentes tienen que ser arrebatadas antes de que digamos basta?", se preguntaba, para posteriormente proponer una medida descafeinada de la posición oficial de los demócratas, pero en la línea de lo que se está trabajando en el Senado.

Su intervención coincide con las conversaciones en que desde la semana pasada participa un grupo de nueve senadores republicanos y demócratas para intentar acordar medidas de control de armas de fuego que puedan recibir el apoyo de legisladores de los dos partidos. Las medidas serían mucho más modestas que la prohibición de armas de asalto que defienden a la mayoría de demócratas, incluido Biden, y se centrarían en reforzar la seguridad en las escuelas y financiar programas de salud mental, los dos requisitos de los republicanos.

Como cada vez que se pretende algún tipo de limitación en la posesión de armas, Biden ha tranquilizado a los defensores de estas: "No se trata de arrebatar los derechos a nadie. Se trata de proteger a los niños, de proteger a las familias. Se trata de proteger comunidades enteras. Se trata de proteger nuestra libertad para ir a la escuela, en una tienda de comestibles, en una iglesia", recoge Efe.